Los recientes avances en implantes cerebrales han mostrado resultados alentadores en ensayos clínicos, abriendo nuevas posibilidades para el tratamiento de condiciones médicas como la epilepsia, la artritis y la incontinencia. Uno de los ejemplos más destacados es el de Oran Knowlson, un adolescente británico con síndrome de Lennox-Gastaut, quien fue el primer paciente en probar el implante cerebral Picostim en octubre de 2023. Desde entonces, Knowlson ha experimentado una reducción del 80% en sus convulsiones diurnas gracias a este dispositivo, que es del tamaño de una batería de teléfono móvil, se recarga a través de auriculares y envía señales eléctricas al cerebro para bloquear impulsos anormales.

En las próximas semanas, se planea implantar el Picostim en tres niños adicionales, y un ensayo clínico completo con 22 niños está programado para principios de 2025. Este proyecto es patrocinado por el Great Ormond Street Hospital y la University College London. La investigación avanzará hacia la aprobación regulatoria si los resultados son positivos.
Amber Therapeutics, cofundada por Tim Denison, está trabajando en el desarrollo de dispositivos capaces de no solo decodificar sino también regular la actividad cerebral. En paralelo, NeuroPace en California ha desarrollado un dispositivo que responde a la actividad cerebral anormal, aunque este requiere cirugía para el reemplazo de la batería y está aprobado solo para mayores de 18 años.
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Otro avance significativo es el implante de grafeno, actualmente en ensayos clínicos en pacientes con glioblastoma. Desarrollado por Inbrain Neuroelectronics, este implante está diseñado para estimular y leer la actividad neural con alta precisión y tiene el potencial de mejorar la exactitud en la resección de tumores cerebrales al ser retirado después de la cirugía.
El mercado de la bioelectrónica, que integra ciencia biológica e ingeniería eléctrica, está valorado actualmente en $8.7 mil millones y se estima que exceda los $20 mil millones (£15 mil millones) para 2031. La combinación de la neuromodulación y la interfaz cerebro-computadora (BCI) podría elevar el valor total del mercado a más de $25 mil millones.
Además, Galvani Bioelectronics, una colaboración entre GSK y Verily Life Sciences, está en la fase de ensayos clínicos para tratar la artritis reumatoide mediante la estimulación del nervio esplénico. Simultáneamente, nuevas startups en Europa trabajan en tecnologías para tratar condiciones como la incontinencia y el tinnitus, que afecta a 120 millones de personas en todo el mundo.
Estos desarrollos en implantes cerebrales están generando expectativas en la comunidad médica y tecnológica, prometiendo mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. El tamaño del dispositivo Picostim es comparable al de una batería de teléfono móvil y se recarga a través de auriculares, lo que facilita su uso diario.