El gobierno iraní, a través del ministro de inteligencia Esmail Khatib, anunció que comenzará a difundir documentos que, según asegura, contienen secretos nucleares sobre instalaciones israelíes. Esta declaración se produce en un momento en el que Irán enfrenta un proceso diplomático internacional encaminado a reimponer las sanciones de la ONU por su programa nuclear.
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Khatib informó que se trata de "una vasta colección de documentos estratégicos y sensibles" relativos a Israel, sin detallar cómo obtuvo la inteligencia ni ofrecer pruebas de su autenticidad. El funcionario vinculó parte de este material a la detención en Irán de los ciudadanos israelíes Roi Mizrahi y Almog Attias, acusados de espionaje para Teherán. También aseguró que entre los documentos están incluidos datos sobre Europa, Estados Unidos y otros países, sin precisar el método de recopilación, aunque mencionó infiltración y acceso a fuentes.
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Las autoridades iraníes aseguran haber incautado miles de documentos, anunciando que su publicación será "próxima". Sin embargo, incluso dentro de Irán existen reservas sobre la veracidad de los materiales y algunos observadores consideran la maniobra como una estrategia para disuadir a Israel de realizar ataques aéreos contra instalaciones nucleares iraníes.
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En el plano internacional, la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) celebrará a partir del 10 de junio una reunión de su consejo de gobernadores en la que Francia, Alemania y Reino Unido buscarán una votación sobre el incumplimiento iraní del acuerdo nuclear de 2015. Según un informe de la IAEA de 20 páginas citado por estos países, Irán ha enriquecido 400 kilogramos de uranio al 60% de pureza, cantidad suficiente para fabricar diez armas nucleares, y su stock total de uranio aumentó en un 50% respecto a marzo. El director general del organismo, Rafael Grossi, comunicó que Irán no ha respondido a las preguntas sobre las actividades nucleares anteriores y que hay indicios de limpieza en tres instalaciones para evadir inspecciones.
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Si prospera la moción europea, las potencias involucradas deberían decidir antes del 18 de octubre si se restablecen las sanciones estipuladas en el tratado de 2015. Por su parte, Irán ha amenazado con contramedidas, como la reducción adicional del acceso de inspectores de la ONU y el incremento en los niveles de enriquecimiento de uranio, actualmente en el 60%, cercano al 90% necesario para uso armamentista.