La Fiscalía General de Rusia ha incluido formalmente al British Council, entidad cultural y educativa británica, en su lista de "organizaciones indeseables", aplicando los recientes cambios normativos que permiten al gobierno perseguir a organizaciones extranjeras consideradas una amenaza para los intereses nacionales. De acuerdo con esta decisión, desde ahora cualquier ciudadano ruso que mantenga una relación con la institución, como inscribirse o presentar el examen IELTS (International English Language Testing System), enfrentarán severos castigos legales.
Las sanciones estipuladas para estos delitos incluyen multas de hasta 500,000 rublos (más de 5,000 euros), 360 horas de trabajos forzados, y penas de hasta cinco años de prisión. Asimismo, la legislación contempla multas de hasta 15,000 rublos (aproximadamente 189 dólares) para infracciones menores relacionadas con la simple participación en actividades de una organización indeseable, y penas de prisión para quienes efectúen pagos por servicios, como los exámenes de idiomas, al British Council.
Tras la invasión rusa a Ucrania en 2022, el British Council suspendió todas sus operaciones dentro de Rusia. No obstante, numerosos ciudadanos rusos continuaron presentando el examen IELTS —requisito de acceso académico y profesional para países angloparlantes como el Reino Unido— en naciones cercanas, especialmente en Asia Central y Turquía. Ahora, según lo establecido por el artículo 284.1 del Código Penal ruso, el simple hecho de registrarse para el examen o recibir clases vinculadas al British Council en cualquier parte del mundo constituye un delito grave perseguible en la jurisdicción rusa.
El gobierno ruso sostiene que el British Council ha operado como instrumento de influencia exterior del Reino Unido y lo acusa, además, de promover el movimiento LGTBI, que fue calificado de extremista en el país. Esta calificación agudiza las restricciones para los ciudadanos rusos que busquen demostrar certificaciones de idioma necesarias para residir, trabajar o estudiar en el extranjero, especialmente en el Reino Unido, donde el IELTS es aceptado oficialmente como prueba de competencia lingüística.
De acuerdo al marco legal vigente, la colaboración, apoyo financiero o participación en cualquier evento organizado o avalado por el British Council es motivo de persecución judicial. Esto implica que los rusos que busquen oportunidades académicas o laborales internacionales enfrentarán serias dificultades para tramitar visados u optar a estudios en instituciones que exigen evidencias formales del dominio de inglés, como las certificaciones IELTS.
La declaración del British Council como organización indeseable marca un endurecimiento significativo de la política rusa contra entidades extranjeras y limita de forma considerable las opciones para quienes aspiren a desarrollarse fuera del país bajo los estándares y requisitos internacionales.