La investigación sobre el atentado contra Miguel Uribe Turbay ha avanzado en varios frentes desde el sábado, cuando el precandidato presidencial y senador recibió al menos tres impactos de bala durante un evento político en Bogotá. Según informó la fiscal general de la nación, Luz Adriana Camargo, las evidencias recabadas hasta el momento apuntan a la operación de una red de sicarios, mientras que las autoridades han enfocado los esfuerzos en el escrutinio de pruebas físicas y testimoniales.
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El trabajo de las autoridades ha incluido la revisión de más de 1,000 videos de cámaras de seguridad, la realización de 23 entrevistas y la elaboración de estudios balísticos para esclarecer los hechos. Únicamente un individuo ha sido hasta ahora capturado: un menor de 15 años, presunto autor material del disparo contra Uribe Turbay, quien quedó bajo custodia poco después de consumarse el ataque y ha recibido atención médica. Aunque el joven ha expresado voluntad de colaborar, las autoridades priorizaron su cuidado médico y protección, en cumplimiento de los protocolos para menores de edad.
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Entre los hallazgos relevantes, Carlos Triana, director de la Policía Nacional, informó que la pistola Glock empleada en el atentado fue adquirida legalmente en agosto de 2020 en Arizona, Estados Unidos. No obstante, aún se desconoce por qué vía esta arma llegó a Colombia y cómo cayó en manos del menor implicado. En la actualidad se realiza un cotejo balístico para determinar si el arma estuvo involucrada en otros hechos criminales.
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Adicionalmente, la Policía abrió una investigación disciplinaria contra los cuatro integrantes del esquema de seguridad que resguardaban a Miguel Uribe Turbay en el momento del ataque, a raíz del anuncio del presidente Gustavo Petro sobre una posible infiltración en la escolta oficial del senador.
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Miguel Uribe Turbay permanece en estado crítico en la Fundación Santa Fe de Bogotá, según reportó su entorno familiar y médico. El caso se mantiene bajo seguimiento estricto de las autoridades nacionales, que continúan sin determinar ni los responsables intelectuales ni los intermediarios detrás del ataque.