Jefe de Espías Israelí Amenazó a la Fiscal de la CPI para que Abandonara una Investigación Sobre Crímenes de Guerra

"Las acciones de Cohen podrían configurar delitos contra la administración de justicia bajo el Estatuto de Roma"

- Destacan expertos legales.

31/5/2024

El exdirector del Mossad, Yossi Cohen, está siendo acusado de amenazar a la fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, para abandonar una investigación sobre crímenes de guerra en los territorios palestinos ocupados. Las acusaciones afirman que Cohen mantuvo contactos encubiertos con Bensouda antes de que se abriera formalmente la investigación en 2021.
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Karim Khan, sucesor de Bensouda, ha continuado esta labor, solicitando órdenes de arresto para el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, basándose en la mencionada investigación. Las acciones de Cohen, según informes, fueron autorizadas a un alto nivel y buscaron comprometer o alistar la cooperación de Bensouda mediante diversas estrategias.
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El Mossad, junto con otras agencias de inteligencia israelíes, llevó a cabo estas operaciones contra la CPI durante casi una década. Entre los métodos utilizados, se incluyeron complots para desacreditar a Bensouda, incluyendo la obtención de grabaciones secretas del esposo de la fiscal para erosionar su reputación profesional.
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Estas tácticas desataron controversias y debates sobre la legalidad de las intervenciones del Mossad, ya que podrían constituir delitos contra la administración de justicia según el Estatuto de Roma. Se señala también que el gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, apoyó estos esfuerzos mediante la imposición de sanciones contra Bensouda.

Algo Curioso

En 2021, la administración Trump sancionó a Fatou Bensouda, fiscal de la CPI, restringiendo sus viajes e imponiendo un bloqueo a sus bienes, en un movimiento sin precedentes contra un funcionario de la CPI.

Presión Internacional y Repercusiones Legales

Además de las operaciones directas del Mossad, las colaboraciones internacionales también jugaron un papel clave. Informes indican que tanto Israel como Estados Unidos trabajaron conjuntamente para ejercer presión sobre la CPI, con la administración Trump imponiendo sanciones directas contra Fatou Bensouda en un intento por frenar la investigación.
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Estas sanciones incluyeron restricciones de viaje y congelación de activos financieros. La embestida culminó con la finalización del mandato de Bensouda, momento en el cual Khan asumió su cargo y redobló los esfuerzos en la investigación, derivando en las solicitudes de arresto para Netanyahu y Gallant. Esta cadena de eventos ha despertado preocupaciones sobre la independencia y la integridad de la CPI.

La presión ejercida incluyó tácticas deshonestas descritas como "despreciables" en algunos informes, tales como amenazas contra la seguridad personal de Bensouda y su familia. Este escenario expone las tensiones y el oleaje político que rodea la labor de la CPI, especialmente en contextos de conflictos armados e investigaciones delicadas en términos de derechos humanos.
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Críticos han argumentado que tales acciones sientan un precedente peligroso para futuros fiscales y pueden afectar negativamente la percepción global de justicia internacional. Las acciones legales contra altos funcionarios israelíes, y las reacciones en torno a ellas, subrayan la intersección entre diplomacia, justicia y política en la arena global.

Retos y Desafíos del Nuevo Fiscal

Karim Khan, al tomar el relevo de Bensouda, se enfrentó no solo a la presión diplomática y política, sino también a las expectativas de continuar con investigaciones delicadas en un ambiente volátil. Solicitó órdenes de arresto basadas en evidencias recopiladas durante el proceso que inició su predecesora.
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La decisión de Khan de perseguir cargos contra Netanyahu y Gallant enfatiza un cambio de enfoque en la CPI hacia una postura más asertiva pese a las amenazas y sanciones. La implicación de altos funcionarios israelíes ha suscitado reacciones inmediatas de aliados clave de Israel, destacándose la respuesta de Estados Unidos que criticó severamente los movimientos de la CPI, sugiriendo incluso acciones legislativas para penalizar al tribunal.
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A nivel europeo y en otras regiones, la comunidad internacional observa de cerca estos desarrollos, ponderando las repercusiones que pueden tener sobre los procedimientos judiciales internacionales. La CPI, mientras tanto, enfrenta el reto de mantener su credibilidad e imparcialidad en medio de estas presiones. A nivel jurídico, las acciones de Cohen y los supuestos esfuerzos de otros agentes plantean preguntas sobre hasta dónde llegan los límites de la intervención estatal en organismos internacionales de justicia.
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El caso sirve como un recordatorio de las dinámicas de poder que juegan un papel crucial en la administración de la justicia internacional, y el constante balance que debe mantenerse entre diplomacia y el respeto por los procesos legales.