Un estudio reciente ha propuesto la posibilidad de que los agujeros negros puedan convertirse en agujeros blancos, un fenómeno teórico que desafía nuestra comprensión tradicional del tiempo y el espacio. Investigadores como Steffen Gielen, de la Universidad de Sheffield, y Lucía Menéndez-Pidal han explorado los mecanismos detrás de esta transformación, sugiriendo que en lugar de ser regiones donde todo queda atrapado, los agujeros negros podrían "rebotar" en su interior, expulsando materia y tiempo hacia el universo.
El término "agujero blanco" fue introducido como una solución matemática inversa a los agujeros negros en las ecuaciones generales de la relatividad, aunque hasta ahora no se ha encontrado evidencia de su existencia en el espacio.
La investigación destaca que los agujeros blancos, considerados la antítesis de los agujeros negros, no absorben materia, sino que la expulsan. Aunque no existe evidencia observacional sobre los agujeros blancos, los científicos han demostrado teóricamente que los agujeros negros pueden evolucionar hacia esta fase mediante fluctuaciones cuánticas. Este modelo teórico se desarrolló en un contexto simplificado, utilizando un agujero negro plano en un espacio anti-de Sitter de dos dimensiones. Al aplicar principios de mecánica cuántica, los investigadores surgen con la idea de que el corazón cuántico del agujero negro permite esta transición, reemplazando la singularidad clásica con una región de grandes fluctuaciones.
Por otro lado, el artículo publicado el 11 de marzo de 2025 en Physical Review Letters sobre gravedad unimodular también se adentra en la resolución de estas singularidades. Los investigadores sugieren que la unitariedad en el tiempo conjugado a la constante cosmológica permite evitar singularidades clásicas, como las del Big Bang o los centros de los agujeros negros, transformándolas en regiones no singulares. Este estudio utiliza un modelo basado en agujeros negros tipo Kasner, un modelo cosmológico que incorpora un campo escalar con propiedades específicas. El análisis reveló que el horizonte y la singularidad de un agujero negro, fenómenos tradicionalmente considerados finales, se comprenden únicamente en un intervalo finito de tiempo desde ciertas perspectivas.
Desde una perspectiva técnica, se ha identificado que en el marco teórico de la gravedad unimodular, el tiempo relacionado con la expansión del universo desempeña un papel crucial. Según Gielen, el concepto del tiempo estaría ligado a la energía oscura, una fuerza fundamental en la expansión del universo. En palabras de los científicos, la evolución hipotética hacia un agujero blanco mantendría la información y evitaría la idea de pérdida total.
Estas investigaciones no solo contribuyen a la comprensión de la gravedad cuántica, sino que también reavivan preguntas sobre el vínculo entre la mecánica cuántica y la relatividad general. Si estas teorías se confirman, podrían revolucionar las ideas fundamentales sobre la naturaleza del espacio-tiempo y el origen del universo.