En un movimiento sin precedentes, la Cámara de los Comunes del Reino Unido ha votado a favor de la "Ley de Tabaco y Vapeo", que prohíbe la venta de productos de tabaco a cualquier persona nacida en el año 2009 o después. La ley, que fue respaldada en una votación de 383 a favor y 67 en contra, marca un hito significativo en la política de salud pública del país. Esta legislación, promovida por el Primer Ministro Rishi Sunak, pretende establecer un precedente global, al crear la primera generación libre de humo en la historia moderna del Reino Unido.
El gobierno ha estructurado esta ley con el objetivo de incrementar la edad legal para la compra de tabaco anualmente, garantizando así que los jóvenes nunca tengan la oportunidad legal de comprar cigarrillos. Además, se incluyen medidas estrictas contra la venta de vapes desechables y el marketing atractivo de estos productos para los jóvenes, en un esfuerzo por prevenir la adicción desde una edad temprana.
La ley ha generado apoyo y crítica por igual; mientras que expertos en salud y la mayoría parlamentaria la respaldan, algunos miembros conservadores y grupos de derechos de los fumadores argumentan que infringe las libertades personales y podría fomentar un mercado negro de productos de tabaco. Ex Primeros Ministros como Boris Johnson y Liz Truss han criticado la medida como anticonservadora y una injerencia en la vida privada de las personas, calificándola de "nanny state" (estado niñera).
Sin embargo, figuras como Sir Chris Whitty, el principal asesor médico del gobierno, han defendido la ley con vehemencia. Whitty ha compartido testimonios de su experiencia médica sobre los devastadores efectos del tabaquismo en la salud, argumentando que la adicción al tabaco elimina la libertad de elección más que protegerla.