El estudio Sherlock-Lung analizó el ADN extraído de tumores pulmonares de 871 pacientes no fumadores de regiones de Europa, América del Norte, África y Asia. Los resultados mostraron una correlación directa entre mayores niveles de polución atmosférica y el número de mutaciones promotoras de cáncer en los tumores, sumando evidencia de que la exposición a partículas contaminantes es un factor determinante, incluso en quienes carecen de antecedentes de tabaquismo.
Se identificaron mutaciones específicas en el gen TP53, típicamente relacionadas con el tabaquismo, fuertemente asociadas a regiones con altos niveles de partículas finas contaminantes. Además, los individuos con mayor exposición presentaron telómeros más cortos, indicando una aceleración en la división celular, uno de los signos biológicos del cáncer.
El descenso del tabaquismo a nivel mundial ha modificado el perfil epidemiológico del cáncer pulmonar: entre el 10% y el 25% de los pacientes diagnosticados hoy nunca han fumado, la mayoría presentando adenocarcinomas. Actualmente, el cáncer de pulmón representa la principal causa de muerte oncológica a nivel global, con aproximadamente 2.5 millones de nuevos casos diagnosticados cada año. En China, donde la contaminación del aire es especialmente preocupante, se registran más de un millón de muertes anualmente asociadas a esta enfermedad.
En 2022, de los 2.5 millones de nuevos diagnósticos de cáncer pulmonar reportados mundialmente, cerca de 200,000 fueron atribuidos a la contaminación ambiental. Ese mismo año, en el Reino Unido se identificaron más de 1,100 casos de adenocarcinoma directamente relacionados con la calidad del aire. Por género, las estimaciones indican 1.57 millones de nuevos casos entre varones y 908,000 entre mujeres.
El informe también documenta otros factores de riesgo para el desarrollo de cáncer de pulmón en no fumadores. En Taiwán, medicamentos herbales tradicionales que contienen ácido aristoloquico mostraron provocar mutaciones concretas en el ADN tumoral de algunos pacientes. En cuanto al humo de tabaco de segunda mano, se encontró una elevación menor en el índice de mutaciones, aunque este efecto no alcanzó la magnitud del relacionado con la contaminación ambiental.
Los datos presentados refuerzan el papel de la contaminación del aire como uno de los principales riesgos para el desarrollo de cáncer de pulmón, subrayando la necesidad de controlar los niveles de polución para reducir la incidencia de esta enfermedad, particularmente en la población no fumadora.