La llegada de los primeros jets de combate F-16 a Ucrania representa un paso crucial en los esfuerzos del país por asegurar su espacio aéreo frente a la superioridad aérea de Rusia. Aunque ni el funcionario estadounidense ni el legislador ucraniano que confirmaron la entrega brindaron detalles específicos sobre el número de aviones o el país de origen, la recepción de estos jets es una señal de apoyo significativo en un momento crítico del conflicto.
Cuatro países de la OTAN, a saber, Bélgica, Dinamarca, Países Bajos y Noruega, han prometido enviar más de 60 F-16 a Ucrania. Específicamente, Dinamarca se ha comprometido a entregar un total de 19 jets, mientras que los Países Bajos han prometido 24.
En el contexto del conflicto, Ucrania ha señalado que requiere al menos 130 F-16 para poder contrarrestar la flota aérea rusa, que cuenta con más de 1,000 aviones. Actualmente, la fuerza aérea ucraniana está compuesta en su mayoría por aviones de la era soviética, los cuales son vulnerables y no operan con la frecuencia requerida.
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Los F-16 son aviones de combate polivalentes capaces de volar a velocidades de hasta el doble de la velocidad del sonido y tienen un alcance máximo de más de 3,200 kilómetros. Están equipados con un cañón de 20 mm y pueden llevar una variedad de armamento, incluyendo bombas, cohetes y misiles.
Para operar estos avanzados aviones de combate, los pilotos ucranianos han estado recibiendo entrenamiento en varios países de la OTAN. En Estados Unidos, se ha graduado el primer grupo de pilotos ucranianos capacitados para manejar los F-16.
Si bien se espera que los F-16 mejoren la capacidad defensiva de Ucrania frente a los ataques aéreos rusos, analistas militares advierten que no se anticipa un cambio drástico en la trayectoria de la guerra. Las defensas aéreas rusas son robustas y podrían dejar a los F-16 vulnerables en misiones ofensivas.
Este desarrollo se produce después de que Ucrania lograra repeler uno de los ataques aéreos más grandes de Rusia, derribando 89 drones lanzados contra Kyiv y otras regiones. Este hecho es parte de una serie de ofensivas rusas que también han incluido el uso intensivo de misiles y drones.
En cuanto a las reacciones internacionales, el ministro de Relaciones Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, destacó la llegada de los F-16 como un logro significativo, afirmando que "otra cosa imposible resultó ser totalmente posible". Por otro lado, el Kremlin ha advertido que los jets F-16 serán objetivos para sus fuerzas y no cambiarán significativamente la dinámica del conflicto. Los F-16, utilizados por más de 25 países, han acumulado más de 400,000 horas de combate y han recibido mejoras tecnológicas continuas desde su introducción en los años 70.