Tecnología

Andrew Barto y Richard Sutton reciben el Premio Turing por sus contribuciones pioneras a la inteligencia artificial

Andrew Barto y Richard Sutton han sido reconocidos con el prestigioso Premio Turing 2024, equivalente al "Nobel de la informática", por sus contribuciones fundamentales al aprendizaje por refuerzo, un área clave en la inteligencia artificial. Este galardón incluye un premio de 1 millón de dólares y destaca su trabajo en técnicas ampliamente utilizadas en sistemas de IA como AlphaGo y ChatGPT.

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Andrew Barto y Richard Sutton reciben el Premio Turing por sus contribuciones pioneras a la inteligencia artificial

Andrew Barto y Richard Sutton han sido reconocidos con el prestigioso Premio Turing 2024, equivalente al "Nobel de la informática", por sus contribuciones fundamentales al aprendizaje por refuerzo, un área clave en la inteligencia artificial. Este galardón incluye un premio de 1 millón de dólares y destaca su trabajo en técnicas ampliamente utilizadas en sistemas de IA como AlphaGo y ChatGPT.

“El desarrollo apresurado de modelos de IA es como construir un puente y probarlo haciendo que la gente lo use”

– Advirtió Andrew Barto.

8/3/2025

El Premio Turing 2024 ha sido otorgado a Andrew Barto, profesor emérito de la Universidad de Massachusetts Amherst, y a Richard Sutton, profesor en la Universidad de Alberta, por su destacado trabajo en el campo del aprendizaje por refuerzo. Este reconocimiento se anunció el 5 de marzo de 2025, junto con un premio monetario de 1 millón de dólares.

La investigación de Andrew Barto, a la izquierda, y Richard Sutton juega un papel clave en los sistemas de IA actuales.


Barto y Sutton son pioneros en el desarrollo de métodos prácticos de aprendizaje por refuerzo, como los métodos de gradiente de políticas y el aprendizaje por diferencia temporal. Estas técnicas, que permiten a los algoritmos aprender de manera continua y optimizar decisiones mediante experimentación y retroalimentación, han sido esenciales para el avance de la inteligencia artificial moderna. Por ejemplo, fueron aplicadas en el programa AlphaGo de Google DeepMind, que logró vencer a jugadores expertos de Go, y en modelos de lenguaje avanzado como ChatGPT, donde la retroalimentación juega un papel clave en guiar las respuestas del sistema.

El concepto de aprendizaje por refuerzo puede rastrearse hasta los trabajos de Alan Turing en 1950, quien visionó que las máquinas podían aprender a través de la experiencia. Más tarde, en 1955, Arthur Samuel, otro pionero, utilizó esta técnica para desarrollar un programa que aprendía a jugar a las damas. Sin embargo, el trabajo de Barto y Sutton en sistematizar y avanzar estos principios ha resultado fundamental para sus aplicaciones modernas.

Aunque reconocen el impacto positivo de sus avances, ambos investigadores han expresado preocupaciones éticas sobre el desarrollo irresponsable de la inteligencia artificial. Barto, en particular, compara las pruebas insuficientes de los modelos de IA con permitir que personas crucen un puente sin haber verificado previamente su seguridad. También ha criticado a las empresas tecnológicas por priorizar objetivos comerciales sobre investigaciones exhaustivas y medidas de seguridad.

Entre los desafíos éticos que plantearon está el potencial de comportamientos no deseados y mal funcionamiento de sistemas debido a estímulos incorrectos. Barto ha subrayado la importancia de abordar estos problemas en áreas críticas, como el cambio climático, con un enfoque más cauteloso y responsable.

Este reconocimiento también resalta la necesidad de equilibrar el progreso tecnológico con consideraciones éticas y sociales, en un momento en que la inteligencia artificial impacta cada vez más industrias y aspectos de la vida cotidiana.

El Premio Turing debe su nombre a Alan Turing, uno de los pioneros de la informática. Curiosamente, Turing ya preveía las bases del aprendizaje por refuerzo, sugiriendo en 1950 que las máquinas podrían desarrollar habilidades mediante la experiencia y la retroalimentación.

Algo Curioso

“El desarrollo apresurado de modelos de IA es como construir un puente y probarlo haciendo que la gente lo use”

– Advirtió Andrew Barto.

Mar 8, 2025
Colglobal News

El Premio Turing 2024 ha sido otorgado a Andrew Barto, profesor emérito de la Universidad de Massachusetts Amherst, y a Richard Sutton, profesor en la Universidad de Alberta, por su destacado trabajo en el campo del aprendizaje por refuerzo. Este reconocimiento se anunció el 5 de marzo de 2025, junto con un premio monetario de 1 millón de dólares.

La investigación de Andrew Barto, a la izquierda, y Richard Sutton juega un papel clave en los sistemas de IA actuales.


Barto y Sutton son pioneros en el desarrollo de métodos prácticos de aprendizaje por refuerzo, como los métodos de gradiente de políticas y el aprendizaje por diferencia temporal. Estas técnicas, que permiten a los algoritmos aprender de manera continua y optimizar decisiones mediante experimentación y retroalimentación, han sido esenciales para el avance de la inteligencia artificial moderna. Por ejemplo, fueron aplicadas en el programa AlphaGo de Google DeepMind, que logró vencer a jugadores expertos de Go, y en modelos de lenguaje avanzado como ChatGPT, donde la retroalimentación juega un papel clave en guiar las respuestas del sistema.

El concepto de aprendizaje por refuerzo puede rastrearse hasta los trabajos de Alan Turing en 1950, quien visionó que las máquinas podían aprender a través de la experiencia. Más tarde, en 1955, Arthur Samuel, otro pionero, utilizó esta técnica para desarrollar un programa que aprendía a jugar a las damas. Sin embargo, el trabajo de Barto y Sutton en sistematizar y avanzar estos principios ha resultado fundamental para sus aplicaciones modernas.

Aunque reconocen el impacto positivo de sus avances, ambos investigadores han expresado preocupaciones éticas sobre el desarrollo irresponsable de la inteligencia artificial. Barto, en particular, compara las pruebas insuficientes de los modelos de IA con permitir que personas crucen un puente sin haber verificado previamente su seguridad. También ha criticado a las empresas tecnológicas por priorizar objetivos comerciales sobre investigaciones exhaustivas y medidas de seguridad.

Entre los desafíos éticos que plantearon está el potencial de comportamientos no deseados y mal funcionamiento de sistemas debido a estímulos incorrectos. Barto ha subrayado la importancia de abordar estos problemas en áreas críticas, como el cambio climático, con un enfoque más cauteloso y responsable.

Este reconocimiento también resalta la necesidad de equilibrar el progreso tecnológico con consideraciones éticas y sociales, en un momento en que la inteligencia artificial impacta cada vez más industrias y aspectos de la vida cotidiana.

El Premio Turing debe su nombre a Alan Turing, uno de los pioneros de la informática. Curiosamente, Turing ya preveía las bases del aprendizaje por refuerzo, sugiriendo en 1950 que las máquinas podrían desarrollar habilidades mediante la experiencia y la retroalimentación.

El Premio Turing 2024 ha sido otorgado a Andrew Barto, profesor emérito de la Universidad de Massachusetts Amherst, y a Richard Sutton, profesor en la Universidad de Alberta, por su destacado trabajo en el campo del aprendizaje por refuerzo. Este reconocimiento se anunció el 5 de marzo de 2025, junto con un premio monetario de 1 millón de dólares.

La investigación de Andrew Barto, a la izquierda, y Richard Sutton juega un papel clave en los sistemas de IA actuales.


Barto y Sutton son pioneros en el desarrollo de métodos prácticos de aprendizaje por refuerzo, como los métodos de gradiente de políticas y el aprendizaje por diferencia temporal. Estas técnicas, que permiten a los algoritmos aprender de manera continua y optimizar decisiones mediante experimentación y retroalimentación, han sido esenciales para el avance de la inteligencia artificial moderna. Por ejemplo, fueron aplicadas en el programa AlphaGo de Google DeepMind, que logró vencer a jugadores expertos de Go, y en modelos de lenguaje avanzado como ChatGPT, donde la retroalimentación juega un papel clave en guiar las respuestas del sistema.

El concepto de aprendizaje por refuerzo puede rastrearse hasta los trabajos de Alan Turing en 1950, quien visionó que las máquinas podían aprender a través de la experiencia. Más tarde, en 1955, Arthur Samuel, otro pionero, utilizó esta técnica para desarrollar un programa que aprendía a jugar a las damas. Sin embargo, el trabajo de Barto y Sutton en sistematizar y avanzar estos principios ha resultado fundamental para sus aplicaciones modernas.

Aunque reconocen el impacto positivo de sus avances, ambos investigadores han expresado preocupaciones éticas sobre el desarrollo irresponsable de la inteligencia artificial. Barto, en particular, compara las pruebas insuficientes de los modelos de IA con permitir que personas crucen un puente sin haber verificado previamente su seguridad. También ha criticado a las empresas tecnológicas por priorizar objetivos comerciales sobre investigaciones exhaustivas y medidas de seguridad.

Entre los desafíos éticos que plantearon está el potencial de comportamientos no deseados y mal funcionamiento de sistemas debido a estímulos incorrectos. Barto ha subrayado la importancia de abordar estos problemas en áreas críticas, como el cambio climático, con un enfoque más cauteloso y responsable.

Este reconocimiento también resalta la necesidad de equilibrar el progreso tecnológico con consideraciones éticas y sociales, en un momento en que la inteligencia artificial impacta cada vez más industrias y aspectos de la vida cotidiana.

El Premio Turing debe su nombre a Alan Turing, uno de los pioneros de la informática. Curiosamente, Turing ya preveía las bases del aprendizaje por refuerzo, sugiriendo en 1950 que las máquinas podrían desarrollar habilidades mediante la experiencia y la retroalimentación.

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