El mercado financiero mundial experimentó una de sus jornadas más volátiles del año el pasado 7 de abril, con caídas significativas en los principales índices bursátiles y un incremento en la incertidumbre económica global. Los índices estadounidenses, asiáticos y europeos reportaron descensos notables, en un contexto de tensiones crecientes por la política arancelaria de Estados Unidos.
En Wall Street, el índice Dow Jones cerró con una caída de 744 puntos, equivalente al 1.9%, después de haber registrado una baja máxima intradía de 1,700 puntos. Por su parte, el S&P 500 cerró con una pérdida de 1.4% tras caer hasta un 4.1% durante la jornada, acumulando una contracción cercana al 20% desde su máximo en febrero, lo que lo coloca en territorio oficialmente bajista. El Nasdaq también sufrió, con un descenso del 1.1% al cierre, después de haber iniciado el día cayendo un 4.3%. Además, el índice de volatilidad VIX alcanzó los 60 puntos, su nivel más alto desde agosto.
El detonante principal para esta inestabilidad fue el aumento de tensiones entre Estados Unidos y China debido a los aranceles. El expresidente Donald Trump defendió su estrategia tarifaria, calificándola como una "medicina necesaria" para la economía local. En su reciente anuncio, Trump indicó que las tarifas sobre productos chinos aumentarán en un 50% si Beijing no revierte el arancel del 34% aplicado recientemente a productos estadounidenses. Además, la administración estadounidense aplicó un arancel general del 10% para bienes importados, con incrementos adicionales previstos en los próximos días.
En Asia, los mercados experimentaron descensos históricos. El índice Nikkei 225 de Japón cerró con una baja del 7.8%, mientras que el índice Topix cayó un 7.7%. En Hong Kong, el Hang Seng vivió su jornada más negativa desde 1997 al hundirse un 13%. También se registraron fuertes caídas en China, con el Shanghai Composite perdiendo un 7.3% y el índice CSI300 cerrando con una baja aproximada del 7%. En Taiwán, el índice Taiwan Weighted cayó un 9.7%, destacándose pérdidas del 10% en las acciones de gigantes tecnológicos como TSMC y Foxconn.
Europa tampoco fue ajena a la crisis. El FTSE 100 del Reino Unido perdió un 4.6%, mientras que el DAX de Alemania inició la sesión con un desplome del 9%. En España, el IBEX 35 bajó un 5.12%, rompiendo el umbral de los 11,800 puntos tras haber llegado a registrar un descenso máximo del 7% en la sesión. En el sector bancario español, Sabadell, BBVA y Santander cerraron con caídas de 5.47%, 4.84% y 4.57%, respectivamente.
Líderes empresariales han expresado preocupaciones sobre el impacto económico de estas políticas. Jamie Dimon, CEO de JPMorgan, afirmó que los aranceles podrían agravar la inflación y desacelerar el crecimiento económico. Bill Ackman, un reconocido inversor, señaló que Estados Unidos se encuentra en un "invierno económico nuclear" si las políticas arancelarias no son modificadas.
Las proyecciones económicas también reflejan preocupación. Goldman Sachs aumentó la probabilidad de una recesión en EE. UU. al 45% en los próximos 12 meses, mientras que JPMorgan estima un 60% de probabilidad de desaceleración económica global. A esto se suma la caída en los precios del petróleo: el crudo Brent cotizó a 63.8 dólares por barril, su nivel más bajo en cuatro años.
El panorama general del mercado resulta alarmante. Los principales índices enfrentan caídas pronunciadas: el Dow Jones bajó 744 puntos (1.9%), el S&P 500 un 1.4%, el Nikkei 225 un 7.8% y el Hang Seng un 13%. En Europa, el FTSE 100 retrocedió un 4.6% y el IBEX 35 un 5.12%. Los niveles de volatilidad alcanzaron máximos históricos recientes, con el VIX subiendo a 60 puntos. En paralelo, el descenso en el precio del petróleo acentúa las señales de desaceleración económica global.
La caída del Hang Seng en Hong Kong, superior al 13%, es la mayor registrada desde la crisis financiera asiática de 1997, destacando un nivel de agitación que no se veía en casi tres décadas.