Las fuerzas rusas consolidaron en los últimos días el control de un estratégico depósito de litio en la zona de Shevchenko, al oeste de Donetsk, y a unos 3 kilómetros de la frontera con la región de Dnipropetrovsk, de acuerdo con reportes de mapas de conflicto verificados por grupos independientes y fuentes internacionales como The New York Times. El sitio, de aproximadamente 40 hectáreas (100 acres), alberga una de las reservas de litio más significativas de Europa, con mineral de alta calidad principalmente en forma de espodumena. Se encuentra a unos 10 kilómetros de Velyka Novosilka, ciudad que las fuerzas rusas tomaron en enero.
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Aunque la aldea de Shevchenko carece de importancia táctica militar, la posesión de sus recursos subterráneos representa un movimiento clave en la estrategia de Moscú de dominar corredores esenciales de recursos naturales en Ucrania. El litio, conocido como “oro blanco”, es un mineral fundamental para la producción de baterías de vehículos eléctricos, aleaciones aeroespaciales, sistemas de almacenamiento energético y electrónicos avanzados. Su relevancia estratégica ha crecido debido al aumento de la demanda mundial impulsada por iniciativas de descarbonización y modernización militar.
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En 2022 el precio internacional del litio superó los 80.000 dólares por tonelada métrica, y para el 27 de junio de 2025 el precio en China se ubicaba en torno a los 8.500 dólares por tonelada, una baja considerable pero que mantiene al mineral como un bien estratégico y comercial de alto valor.
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Antes de la ocupación rusa, la reserva de Shevchenko había atraído interés de inversores extranjeros y de agencias estatales ucranianas que buscaban reducir la dependencia de materias primas importadas. A principios de mayo, Estados Unidos y Ucrania firmaron un acuerdo bilateral para establecer el Fondo de Inversión para la Reconstrucción y la Asociación de Minerales Críticos, con derechos prioritarios para invertir en proyectos mineros, petrolíferos, gasíferos, de infraestructura y procesamiento en Ucrania. El yacimiento de Shevchenko figuraba entre los prioritarios de este acuerdo conjunto 50/50 entre Washington y Kiev.
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La toma de control ruso sobre el yacimiento afecta directamente estos planes económicos y pone en duda la posibilidad de atracción de capital e inversión extranjera en zonas bajo disputa. Además, dificulta el acceso de Ucrania a fuentes internas de ingresos y obstaculiza la reconstrucción de su base industrial. El caso de Shevchenko es el primero de este tipo desde la firma del reciente acuerdo entre Estados Unidos y Ucrania.
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Estados Unidos considera el litio un material crítico para su economía y seguridad nacional. Durante las negociaciones del acuerdo, autoridades ucranianas argumentaron que Washington tenía incentivos económicos para vincular el respaldo militar a la protección de yacimientos minerales, aunque la administración Trump rechazó esta asociación directa.
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El yacimiento de Shevchenko se destaca por la calidad del mineral en comparación con otras dos grandes reservas de litio que Ucrania aún controla en el centro del país, lejos de la línea del frente actual. No obstante, la ocupación rusa de aproximadamente una quinta parte del territorio ucraniano le da acceso a depósitos de titanio, manganeso y uranio, y ha permitido además la toma o destrucción de relevantes minas de carbón.
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Según funcionarios rusos instalados en la zona ocupada de Donetsk, el gigante estatal Rosatom ha expresado interés en explotar el nuevo yacimiento. Vladimir Ezhikov, directivo designado por Moscú, aseguró en 2024 ante la Agencia de Noticias Donetsk que "este depósito es un elemento muy importante de la economía futura y tiene un gran potencial".
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La ocupación rusa de sitios críticos en Ucrania incluye un patrón de ataques a instalaciones energéticas, mineras e industriales, y representa un desafío para los esfuerzos de OTAN y la Unión Europea por desarrollar cadenas de suministro resilientes y menos dependientes de China para minerales estratégicos como el litio, cobalto y elementos de tierras raras.
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Finalmente, el control ruso de Shevchenko no solo socava la reconstrucción económica ucraniana sino que reduce la capacidad de Kiev para ofrecer activos minerales en sus alianzas internacionales, afectando de fondo el acceso de Occidente a recursos esenciales para la transición energética y la industria tecnológica global.