Dinamarca ha iniciado, por primera vez, el reclutamiento militar obligatorio de mujeres, una medida que fue anunciada en marzo y aprobada por el Parlamento en junio de 2025. Desde el martes 1 de julio, todas las mujeres danesas que cumplen 18 años se suman a un sistema de lotería para el servicio obligatorio, equiparándose así a sus pares masculinos que ya estaban sujetos a este mecanismo. Hasta esta reforma, las mujeres solo podían servir de manera voluntaria y no estaban incluidas en el sorteo que determina quiénes deben realizar el servicio militar, que el gobierno emplea únicamente si el número de voluntarios es insuficiente.
Actualmente, el 10% del personal en el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea danesas son mujeres. La ampliación busca abordar la escasez de efectivos frente a un contexto geopolítico que Dinamarca percibe como cada vez más incierto tras la invasión rusa a gran escala de Ucrania en 2022. El país, con una población de seis millones de habitantes, dispone aproximadamente de 16.600 empleados uniformados en las fuerzas armadas y los servicios de emergencia. El cambio, que incluye la participación obligatoria de mujeres, está motivado más por las necesidades operacionales y numéricas del ejército que por razones de igualdad de género.
El Parlamento también adelantó la entrada en vigencia de la medida en aproximadamente 18 meses respecto al calendario original, después del respaldo de un partido liberal para igualar los requisitos entre hombres y mujeres. Además, la duración del servicio militar obligatorio se triplicará, pasando de cuatro a once meses a partir de febrero de 2026, y se prevé que el número de nuevos reclutas que realizan el entrenamiento básico aumente de 4.700 en 2024 a 6.500 para 2027.
La inclusión de las mujeres en el servicio cumple con las expectativas de aliados en la OTAN, en particular de Estados Unidos. Dinamarca, como otros países nórdicos, refuerza su gasto militar y su postura defensiva, en un entorno caracterizado por la preocupación ante posibles amenazas rusas en el mar Báltico, el Ártico y la infraestructura estratégica de la región.
No hay restricciones explícitas para los roles que pueden desempeñar las mujeres en el ejército danés; aquellas que cumplen los estándares físicos requeridos pueden optar por roles de combate, alineando la política de Dinamarca con la de países como Noruega y Suecia, donde el reclutamiento femenino ya existía, y diferenciándose de Finlandia, donde la participación de las mujeres es solo voluntaria.
De acuerdo con voceros del Ministerio de Defensa y expertos como Peter Viggo Jakobsen, del Instituto de Estrategia y Estudios de Guerra de la Real Escuela de Defensa Danesa, la ampliación del servicio es una respuesta pragmática ante la urgencia de incrementar el número de efectivos entrenados. A esto se suma el contexto internacional de presión, especialmente del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacia los países europeos de la OTAN para reforzar su gasto militar y contribuciones de defensa, marcado también por el persistente interés estadounidense respecto a Groenlandia.
Entre 2009 y 2018, según datos de la OTAN, Dinamarca apenas incrementó su presupuesto de defensa, lo que provocó una disminución significativa en la preparación y operatividad de sus fuerzas armadas. Tras el deterioro de la seguridad europea y las presiones diplomáticas, el gobierno danés se ha visto obligado a reconstruir su sistema de defensa, aumentando el reclutamiento y extendiendo la duración del servicio militar obligatorio.
Expertos advierten que la combinación de mayor número de reclutas y un servicio más extenso podría reducir la proporción de aquellos que participan por voluntad propia, incrementando la necesidad de aplicar la lotería obligatoria, tanto para hombres como para mujeres.
Dinamarca no comparte frontera con Rusia, pero sus autoridades han mostrado creciente inquietud ante la presencia militar rusa y los incidentes de sabotaje en el Ártico y el mar Báltico. El reforzamiento de las fuerzas armadas danesas pretende articular una respuesta sólida y sostenible ante los desafíos de seguridad en la región europea.