La disputa entre Donald Trump y Elon Musk se intensificó esta semana en medio del debate por el proyecto de ley fiscal prioritario del presidente, que se discute en el Congreso y que busca modificar de forma sustancial la política económica federal. El director ejecutivo de Tesla y SpaceX, crítico del paquete legislativo, ha calificado la medida de “insensata” y amenazó con fundar el “Partido América” si finalmente es aprobada. Además, Musk advirtió que apoyará a candidatos que desafíen en las primarias de 2026 a los legisladores que respalden la propuesta, declarando en la red social X: “¡Todos los congresistas que hicieron campaña para reducir el gasto público y luego votaron inmediatamente por el mayor aumento de deuda de la historia deberían avergonzarse!”.
En respuesta, Trump elevó el tono y sugirió, por primera vez de manera pública, que podría considerar la deportación de Musk, además de amenazar con recortar los subsidios federales que han beneficiado a las empresas del empresario. Trump señaló concretamente la posible supresión del crédito fiscal para quienes compren vehículos eléctricos, medida central en la expansión de Tesla, y citó la opción de revivir el llamado “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (Doge), una referencia a un sistema de recortes administrativos implementado anteriormente.
Trump expresó ante periodistas: “Doge es el monstruo que podría tener que regresar y devorar a Elon. ¿No sería terrible?”. Añadió que Musk está “muy molesto porque se va a terminar el mandato de vehículos eléctricos”, y remarcó que “no todo el mundo quiere un coche eléctrico”.
La confrontación marca un giro radical respecto a eventos recientes, como la presentación de un vehículo Tesla en el jardín de la Casa Blanca hace algunos meses, donde Trump había promocionado a Tesla ante la prensa y alentado a sus seguidores a comprar automóviles eléctricos. Ahora, Trump afirmó en Truth Social que “Elon podría recibir, con diferencia, más subsidios que cualquier otro ser humano en la historia, y sin ellos, probablemente tendría que cerrar sus puertas y regresar a Sudáfrica”, y agregó que, sin financiamiento público, se acabarían “los lanzamientos de cohetes, los satélites y la producción de coches eléctricos”.
Las empresas de Musk, particularmente SpaceX, han recibido miles de millones de dólares en contratos gubernamentales para misiones espaciales y programas de comunicaciones satelitales. Actualmente, la empresa también es considerada para proyectos estratégicos como el desarrollo de un nuevo sistema de defensa antimisiles valorado en miles de millones de dólares. La tensión entre Musk y la administración genera especial inquietud en los mercados, y las acciones de Tesla experimentaron caídas los dos primeros días de esta semana tras intensificarse la disputa.
Musk, megadonante del Partido Republicano, advirtió que el proyecto de ley fiscal impulsado por Trump, apodado por el presidente como su “gran y hermosa ley”, podría sumar billones de dólares a la deuda nacional y revertir los recortes previos en el tamaño del gobierno federal promovidos por la administración mediante medidas asociadas a la criptomoneda Dogecoin. Musk sostuvo que estos cambios “llevarán a Estados Unidos a la bancarrota” y amenazarán sus ambiciosos planes de exploración en Marte.
Preguntado sobre la hipótesis de la deportación a Musk, Trump respondió: “No lo sé, pero lo analizaría”. Musk, por su parte, reaccionó en X señalando: “Es muy tentador intensificar esto. Es muy, muy tentador. Pero me abstendré por ahora”. La confrontación se da en un contexto en el que la influencia de Musk en la política republicana enfrenta una prueba significativa, y la batalla legislativa en torno al proyecto fiscal sigue sin resolverse mientras se acercan las primarias legislativas de 2026.