En 1985, se observó el primer panda marrón, un evento que generó diversas teorías sobre su peculiar coloración. A lo largo de los años, se han avistado aproximadamente una docena de estos pandas en los bosques de bambú de las montañas Qinling. Recientes investigaciones, que incluyeron el análisis de dos pandas Qinling y el genoma de 227 pandas, han identificado una mutación en el gen Bace2, responsable de la pigmentación. Esta mutación sigue patrones de herencia mendeliana, lo que significa que ambos padres deben portar la mutación para que nazca un panda marrón y blanco.
La primera panda marrón conocida, Dandan, fue alojada en un zoológico en Xi'an y, a pesar de los esfuerzos por reproducirla, solo uno de sus descendientes sobrevivió, un panda negro y blanco. Dandan falleció en 2000, y su única descendencia, Qinqin, murió poco después, terminando así su linaje. Sin embargo, en 2009, los científicos encontraron a Qizai, otro panda marrón, que actualmente vive en cautiverio y cuyo estudio ha sido clave para descubrir la mutación genética detrás de su color de pelaje.
El descubrimiento de los pandas marrones en las montañas Qinling añade un capítulo fascinante a la historia de la biología de la conservación. La rareza de su coloración ha intrigado a científicos y conservacionistas por décadas, conduciendo a investigaciones que desentrañan los misterios de su genética única. El pelaje marrón y blanco de estos pandas no es simplemente una curiosidad estética; representa una variante genética que desafía el paradigma de la pigmentación en los pandas gigantes, conocidos mundialmente por su icónico pelaje negro y blanco.
Las investigaciones sobre el genoma de los pandas Qinling han ofrecido nuevas perspectivas sobre la diversidad genética dentro de la especie de los pandas gigantes. A pesar de ser visualmente distintos, los pandas marrones son genéticamente similares a sus contrapartes negras y blancas, con la excepción de la mutación crítica en el gen Bace2. Este hallazgo subraya la complejidad de la genética detrás de los rasgos fenotípicos y enfatiza la importancia de la conservación genética en las especies en peligro de extinción.