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Desperdicio Global: 1 Billón de Comidas Desechadas Mientras 783 Millones Sufren de Hambre

Un reciente informe de la ONU revela una alarmante realidad: más de un billón de comidas son desechadas anualmente, costando cerca de 1 trillón de dólares, mientras 783 millones de personas sufren de hambre a nivel mundial.

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Desperdicio Global: 1 Billón de Comidas Desechadas Mientras 783 Millones Sufren de Hambre

Un reciente informe de la ONU revela una alarmante realidad: más de un billón de comidas son desechadas anualmente, costando cerca de 1 trillón de dólares, mientras 783 millones de personas sufren de hambre a nivel mundial.

"La escala del desperdicio alimentario es una tragedia que socava la lucha contra el hambre: cada año se desperdician mil millones de toneladas de alimentos mientras 783 millones de personas pasan hambre."

- Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

27/3/2024

El informe Índice de Desperdicio de Alimentos de la ONU, publicado recientemente, destaca una crisis de proporciones gigantescas: más de un billón de comidas, equivalente a un quinto de los alimentos disponibles, se desperdician cada día en el mundo. Esta pérdida masiva ocurre tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, y se atribuye a diversas causas, desde la planificación deficiente hasta la falta de refrigeración adecuada.

La mayor parte de este desperdicio, alrededor del 60%, proviene de los hogares, mientras que el sector de servicios de alimentos y el comercio minorista también contribuyen significativamente. Además, se estima que un 13% adicional de alimentos se pierde en la cadena de suministro antes de llegar al mercado. Este despilfarro no solo representa una pérdida económica considerable, sino que también tiene un impacto ambiental significativo, contribuyendo a cerca del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y exacerbando la crisis climática y de biodiversidad.

El informe también revela que, aunque existen esfuerzos para reducir este desperdicio en algunos países, la mayoría carece de estrategias efectivas para abordar este problema. La disparidad en el manejo del desperdicio alimentario se hace evidente al observar que, a pesar de los avances tecnológicos y de gestión, la cantidad de alimentos desechados permanece alarmantemente alta. Además, se constata que el desperdicio alimentario no solo afecta a los países ricos; las naciones en desarrollo también enfrentan desafíos significativos, relacionados con la infraestructura y la logística, que contribuyen al problema.

Algo Curioso
A pesar de que el desperdicio alimentario es un problema global, existen variaciones significativas en las tasas de desperdicio entre diferentes regiones y países, lo que indica que las soluciones deben ser adaptadas a las condiciones locales específicas para ser efectivas.

Estrategias y Desafíos en la Reducción del Desperdicio Alimentario

El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) detalla que en 2022 se desperdiciaron 1.05 mil millones de toneladas de alimentos a nivel mundial. Esta cifra subraya la magnitud del desafío al que se enfrentan las naciones para gestionar eficientemente sus recursos alimentarios. A pesar de las iniciativas en algunos países para combatir este problema, la brecha entre el exceso de producción y el consumo real sigue siendo vasta.

La distribución del desperdicio alimentario varía significativamente entre diferentes sectores, con los hogares liderando en términos de cantidad. La comida preparada en exceso, la mala gestión de las fechas de caducidad y la falta de conciencia sobre la conservación de alimentos contribuyen a que las cifras de desperdicio en los hogares sean tan altas. En el sector de servicios de alimentos, incluidos restaurantes y hoteles, el desperdicio se estima en el 28%, mientras que el sector minorista representa el 12%.

En términos de impacto geográfico, el informe señala que el desperdicio de alimentos no solo es prevalente en las naciones más ricas, sino que también es un problema significativo en los países en desarrollo, donde las deficiencias en la infraestructura logística y de almacenamiento exacerban la situación. Además, se observa una mayor propensión al desperdicio en países con temperaturas elevadas, lo que sugiere una correlación entre el clima y la pérdida de alimentos.

Las recomendaciones del informe apuntan hacia la necesidad de una acción coordinada a nivel mundial, enfatizando la importancia de mejorar las prácticas de gestión de alimentos tanto en los países desarrollados como en desarrollo. Este llamado a la acción destaca la urgencia de integrar la gestión del desperdicio de alimentos en las políticas nacionales para mitigar su impacto ambiental, económico y social.

Impacto Económico y Ambiental del Desperdicio Alimentario

El desperdicio de alimentos incurre en un costo económico astronómico, ascendiendo a aproximadamente 1 trillón de dólares anuales a nivel global, según revela el informe. Esta cifra no solo representa una pérdida económica directa, sino que también refleja el costo de los recursos invertidos en la producción de alimentos que finalmente no son consumidos, incluyendo agua, energía y mano de obra.

Desde la perspectiva ambiental, el informe destaca que el desperdicio de alimentos es responsable de generar hasta el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Esta contribución es notablemente más alta que la del sector de la aviación, lo que pone de relieve la magnitud del impacto del desperdicio alimentario en el cambio climático. Además, la gestión inadecuada de los residuos alimentarios conlleva a que gran parte termine en vertederos, donde la descomposición anaeróbica produce metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono.

La superficie de tierra utilizada para producir alimentos que nunca se consumen es cercana al 30% de las tierras agrícolas mundiales. Este uso ineficiente no solo supone un derroche de recursos, sino que también contribuye a la pérdida de biodiversidad y a la degradación del hábitat, exacerbando la crisis ambiental.

Para abordar esta problemática, el informe insiste en la necesidad de implementar estrategias efectivas que permitan reducir significativamente el desperdicio de alimentos a través de toda la cadena de suministro. Se enfatiza la importancia de la colaboración entre gobiernos, empresas y consumidores para adoptar prácticas sostenibles que mejoren la eficiencia en el uso de los recursos alimentarios y minimicen su impacto negativo en el medio ambiente y en la economía global.

"La escala del desperdicio alimentario es una tragedia que socava la lucha contra el hambre: cada año se desperdician mil millones de toneladas de alimentos mientras 783 millones de personas pasan hambre."

- Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Mar 27, 2024
Colglobal News

El informe Índice de Desperdicio de Alimentos de la ONU, publicado recientemente, destaca una crisis de proporciones gigantescas: más de un billón de comidas, equivalente a un quinto de los alimentos disponibles, se desperdician cada día en el mundo. Esta pérdida masiva ocurre tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, y se atribuye a diversas causas, desde la planificación deficiente hasta la falta de refrigeración adecuada.

La mayor parte de este desperdicio, alrededor del 60%, proviene de los hogares, mientras que el sector de servicios de alimentos y el comercio minorista también contribuyen significativamente. Además, se estima que un 13% adicional de alimentos se pierde en la cadena de suministro antes de llegar al mercado. Este despilfarro no solo representa una pérdida económica considerable, sino que también tiene un impacto ambiental significativo, contribuyendo a cerca del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y exacerbando la crisis climática y de biodiversidad.

El informe también revela que, aunque existen esfuerzos para reducir este desperdicio en algunos países, la mayoría carece de estrategias efectivas para abordar este problema. La disparidad en el manejo del desperdicio alimentario se hace evidente al observar que, a pesar de los avances tecnológicos y de gestión, la cantidad de alimentos desechados permanece alarmantemente alta. Además, se constata que el desperdicio alimentario no solo afecta a los países ricos; las naciones en desarrollo también enfrentan desafíos significativos, relacionados con la infraestructura y la logística, que contribuyen al problema.

El informe Índice de Desperdicio de Alimentos de la ONU, publicado recientemente, destaca una crisis de proporciones gigantescas: más de un billón de comidas, equivalente a un quinto de los alimentos disponibles, se desperdician cada día en el mundo. Esta pérdida masiva ocurre tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, y se atribuye a diversas causas, desde la planificación deficiente hasta la falta de refrigeración adecuada.

La mayor parte de este desperdicio, alrededor del 60%, proviene de los hogares, mientras que el sector de servicios de alimentos y el comercio minorista también contribuyen significativamente. Además, se estima que un 13% adicional de alimentos se pierde en la cadena de suministro antes de llegar al mercado. Este despilfarro no solo representa una pérdida económica considerable, sino que también tiene un impacto ambiental significativo, contribuyendo a cerca del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y exacerbando la crisis climática y de biodiversidad.

El informe también revela que, aunque existen esfuerzos para reducir este desperdicio en algunos países, la mayoría carece de estrategias efectivas para abordar este problema. La disparidad en el manejo del desperdicio alimentario se hace evidente al observar que, a pesar de los avances tecnológicos y de gestión, la cantidad de alimentos desechados permanece alarmantemente alta. Además, se constata que el desperdicio alimentario no solo afecta a los países ricos; las naciones en desarrollo también enfrentan desafíos significativos, relacionados con la infraestructura y la logística, que contribuyen al problema.

Algo Curioso
A pesar de que el desperdicio alimentario es un problema global, existen variaciones significativas en las tasas de desperdicio entre diferentes regiones y países, lo que indica que las soluciones deben ser adaptadas a las condiciones locales específicas para ser efectivas.

Estrategias y Desafíos en la Reducción del Desperdicio Alimentario

El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) detalla que en 2022 se desperdiciaron 1.05 mil millones de toneladas de alimentos a nivel mundial. Esta cifra subraya la magnitud del desafío al que se enfrentan las naciones para gestionar eficientemente sus recursos alimentarios. A pesar de las iniciativas en algunos países para combatir este problema, la brecha entre el exceso de producción y el consumo real sigue siendo vasta.

La distribución del desperdicio alimentario varía significativamente entre diferentes sectores, con los hogares liderando en términos de cantidad. La comida preparada en exceso, la mala gestión de las fechas de caducidad y la falta de conciencia sobre la conservación de alimentos contribuyen a que las cifras de desperdicio en los hogares sean tan altas. En el sector de servicios de alimentos, incluidos restaurantes y hoteles, el desperdicio se estima en el 28%, mientras que el sector minorista representa el 12%.

En términos de impacto geográfico, el informe señala que el desperdicio de alimentos no solo es prevalente en las naciones más ricas, sino que también es un problema significativo en los países en desarrollo, donde las deficiencias en la infraestructura logística y de almacenamiento exacerban la situación. Además, se observa una mayor propensión al desperdicio en países con temperaturas elevadas, lo que sugiere una correlación entre el clima y la pérdida de alimentos.

Las recomendaciones del informe apuntan hacia la necesidad de una acción coordinada a nivel mundial, enfatizando la importancia de mejorar las prácticas de gestión de alimentos tanto en los países desarrollados como en desarrollo. Este llamado a la acción destaca la urgencia de integrar la gestión del desperdicio de alimentos en las políticas nacionales para mitigar su impacto ambiental, económico y social.

Impacto Económico y Ambiental del Desperdicio Alimentario

El desperdicio de alimentos incurre en un costo económico astronómico, ascendiendo a aproximadamente 1 trillón de dólares anuales a nivel global, según revela el informe. Esta cifra no solo representa una pérdida económica directa, sino que también refleja el costo de los recursos invertidos en la producción de alimentos que finalmente no son consumidos, incluyendo agua, energía y mano de obra.

Desde la perspectiva ambiental, el informe destaca que el desperdicio de alimentos es responsable de generar hasta el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Esta contribución es notablemente más alta que la del sector de la aviación, lo que pone de relieve la magnitud del impacto del desperdicio alimentario en el cambio climático. Además, la gestión inadecuada de los residuos alimentarios conlleva a que gran parte termine en vertederos, donde la descomposición anaeróbica produce metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono.

La superficie de tierra utilizada para producir alimentos que nunca se consumen es cercana al 30% de las tierras agrícolas mundiales. Este uso ineficiente no solo supone un derroche de recursos, sino que también contribuye a la pérdida de biodiversidad y a la degradación del hábitat, exacerbando la crisis ambiental.

Para abordar esta problemática, el informe insiste en la necesidad de implementar estrategias efectivas que permitan reducir significativamente el desperdicio de alimentos a través de toda la cadena de suministro. Se enfatiza la importancia de la colaboración entre gobiernos, empresas y consumidores para adoptar prácticas sostenibles que mejoren la eficiencia en el uso de los recursos alimentarios y minimicen su impacto negativo en el medio ambiente y en la economía global.

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