La administración Trump ha iniciado una ofensiva regulatoria y política destinada a frenar el avance de China en la inteligencia artificial, tras el significativo crecimiento de la empresa DeepSeek y la dependencia de esta de chips de Nvidia, el principal fabricante estadounidense en ese sector. Esta semana, el gobierno estadounidense restringió formalmente la venta de chips de inteligencia artificial de Nvidia a China, requiriendo una licencia específica para exportar el chip H20, diseñado especialmente para el mercado chino y con características adaptadas para cumplir con los techos de rendimiento impuestos por la administración anterior.
Además de las restricciones comerciales, Washington analiza sanciones para prohibir que DeepSeek adquiera tecnología estadounidense y estudia la viabilidad de bloquear el acceso de ciudadanos estadounidenses a los servicios de la startup, según tres fuentes con conocimiento directo de la situación. Paralelamente, el Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Partido Comunista Chino ha abierto, por primera vez, una investigación formal sobre las actividades comerciales de Nvidia en Asia. El objetivo es determinar si la empresa proporcionó deliberadamente a DeepSeek tecnología esencial para el desarrollo de inteligencia artificial, lo que podría violar leyes estadounidenses.
Las acciones de Nvidia, Advanced Micro Devices (AMD) y ASML —empresa neerlandesa relevante en maquinaria para semiconductores— sufrieron una caída superior al 6% tras el anuncio de las restricciones. Nvidia y AMD anticipan pérdidas por miles de millones de dólares en ventas debido a las nuevas limitaciones. En respuesta, Nvidia aseguró a través de su portavoz, John Rizzo, que ha mantenido un estricto cumplimiento de las regulaciones gubernamentales, subrayando su contribución al empleo y la infraestructura tecnológica en Estados Unidos.
La preocupación de la administración estadounidense radica en un posible desplazamiento de EE. UU. por parte de China en el liderazgo global de la inteligencia artificial, lo que tendría consecuencias directas en el desarrollo de sistemas autónomos militares y en la influencia geopolítica de los países sobre la infraestructura tecnológica internacional. DeepSeek provocó alarma en Washington y en los mercados financieros después de anunciar en enero el entrenamiento de su modelo DeepSeek-V3 por solo 6 millones de dólares, una décima parte del coste habitual en empresas estadounidenses. Como resultado, las acciones de Nvidia cayeron 17% en una jornada bursátil, perdiendo 600.000 millones de dólares en valor de mercado.
Las investigaciones a DeepSeek se han intensificado tras recibir informes sobre los estrechos vínculos de decenas de sus investigadores con el Ejército Popular de Liberación y otros organismos de defensa sancionados por Estados Unidos. Un reporte de Exiger confirmó que el personal de DeepSeek ha colaborado con institutos dedicados al desarrollo de armas nucleares y universidades chinas centradas en defensa. Aunque la compañía declara ser privada y sin relación con el Estado, los expertos sostienen que sus lazos con el aparato estatal y militar son más profundos de lo que se creía.
El Congreso comenzó en febrero un informe independiente para esclarecer cómo DeepSeek ha logrado avances tecnológicos significativos. SemiAnalysis estima que la empresa china accedió a 60.000 chips de Nvidia, incluyendo 20.000 unidades cuya importación a China está restringida. Se sospecha que DeepSeek y otras entidades habrían eludido las restricciones comprando chips a través de intermediarios en Singapur. En este contexto, el comité legislativo ha solicitado a Nvidia información detallada sobre las ventas de 500 o más chips a clientes en 11 países asiáticos desde 2020. Un informe de Reuters informó de la detención en Singapur de tres personas por exportar ilegalmente chips Nvidia a China.
La investigación legislativa, que puede prolongarse más de cuatro meses, también examina el uso por parte de DeepSeek de datos propietarios de OpenAI para entrenar sus sistemas de IA. En un memorando dirigido al Congreso, OpenAI sostuvo que empleados de la startup burlaron las medidas de seguridad que protegen datos exclusivos, una práctica común en la llamada destilación de modelos, pero potencialmente ilegal en determinados contextos. OpenAI ha pedido al Congreso que salvaguarde el liderazgo tecnológico estadounidense.
La administración Trump está revisando, además, una propuesta normativa para monitorear el destino final de los chips de IA y exigir más información sobre los clientes extranjeros de tecnología estadounidense. Empresas tecnológicas se han manifestado en contra de las reglas, alegando que ponen en riesgo sus ventas y su influencia global. Nvidia ha declarado que su facturación en Singapur no implica necesariamente que el producto sea desviado a China, sino que responde a criterios internos de localización de ventas.
En paralelo, Nvidia ha anunciado inversiones por 500.000 millones de dólares destinados a fortalecer la fabricación y ensamblaje de chips y supercomputadoras en Estados Unidos, particularmente en Arizona y Texas.
El presidente del comité legislativo, John Moolenaar, declaró que el uso de chips Nvidia por parte de DeepSeek constituye “un fracaso de seguridad nacional” y aseguró que las compañías estadounidenses no deben contribuir a que gobiernos considerados adversarios potencien su capacidad en inteligencia artificial. DeepSeek no ha emitido comentarios al respecto.