El ensayo clínico STAY logró un avance clave en el desarrollo de terapias para aumentar la esperanza de vida en perros al incorporar en abril de 2025 a Winston, un Dachshund Miniatura de 10 años de Indiana, como el perro número 1,000 en el estudio. El ensayo comenzó en febrero de 2024 con la inscripción de Boo, un Whippet de 11 años, siendo el primer paciente registrado en esta investigación de gran escala.
STAY evalúa la eficacia y seguridad de LOY-002, una tableta diaria con sabor a carne, cuyo mecanismo de acción se centra en inhibir la sobreexpresión de IGF-1, hormona relacionada con el crecimiento celular. Los perros de razas grandes presentan niveles de IGF-1 hasta 28 veces superiores a los de razas pequeñas, lo que se asocia a una esperanza de vida notablemente menor (7 a 8 años frente a los 20 años promedio de los perros pequeños).
El objetivo de reclutamiento del estudio es de 1,300 perros y se proyecta incorporar otros 300 participantes en los próximos meses. El tamaño de la muestra es esencial para observar los efectos del fármaco en una población canina diversa en edad, raza y estado de salud, permitiendo obtener resultados representativos sobre la eficacia y seguridad del tratamiento.
En total, 70 clínicas veterinarias repartidas por Estados Unidos colaboran en la ejecución de este ensayo, convirtiéndolo en el mayor estudio clínico realizado hasta ahora en la medicina veterinaria. El fármaco en evaluación, LOY-002, surge a partir de los hallazgos del precursor LOY-001. Este último demostró resultados prometedores al reducir enfermedades asociadas con la edad en perros grandes, y la FDA aceptó esos datos como una “expectativa razonable de efectividad”, convirtiéndose en el primer medicamento que la agencia ha considerado para la extensión de vida de cualquier especie.
La progresión de este ensayo y los datos generados son fundamentales para la posterior solicitud de aprobación total ante la FDA para LOY-002 como primer fármaco con indicación específica de longevidad en perros. Desde la comunidad veterinaria, la Dra. Amy Smith, quien inscribió al participante mil, destacó la relevancia y el potencial impacto de este avance en la calidad y duración de vida de los perros mayores.
La inscripción y seguimiento de los participantes continúan abiertos para alcanzar la meta de 1,300 perros, con el objetivo de proporcionar evidencia concluyente sobre el efecto del fármaco y posicionar a LOY-002 como un tratamiento pionero en la medicina veterinaria destinada a prolongar la vida y reducir patologías asociadas al envejecimiento en esta especie.