La investigación menciona que las concentraciones de microplásticos en el cerebro humano han incrementado significativamente en los últimos años. Las muestras de cerebro de 2024 mostraron una concentración media de 4,917 µg por gramo (µg/g), lo que representa un aumento del 50% en comparación con los 3,345 µg/g registrados en 2016. Este incremento pone de manifiesto la creciente exposición humana a estos contaminantes. Los microplásticos son partículas diminutas de plástico que tienen un tamaño inferior a 5 milímetros. Aunque se hablaba de ellos inicialmente en relación con la contaminación marina, ahora se ha encontrado que también están presentes en casi todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, incluyendo el aire que respiramos y el agua que bebemos.
En comparación con otros órganos analizados durante el estudio, las muestras de hígado y riñón presentaron concentraciones medianas de 433 µg/g y 404 µg/g respectivamente, mucho menores que las encontradas en el cerebro. Los investigadores identificaron que el 75% de los microplásticos hallados en el tejido cerebral eran de polietileno, un polímero comúnmente utilizado en bolsas y envases.
El análisis también destacó diferencias significativas en las concentraciones de microplásticos dentro del cerebro según el diagnóstico médico de los individuos. Por ejemplo, las personas que padecían demencia mostraron niveles de microplásticos de 26,076 µg/g, lo que sugiere una acumulación drásticamente mayor en comparación con aquellos sin diagnóstico de demencia.
La investigación utilizó métodos avanzados como la cromatografía de gases por pirólisis y la espectrometría de masas (Py-GC/MS) para detectar y cuantificar los microplásticos en las diferentes muestras de tejido. Estas técnicas proporcionaron un análisis detallado y preciso de los contaminantes presentes.
El estudio también observó un aumento en la contaminación por microplásticos en el tejido cerebral desde 1997 hasta 2024, lo que sugiere una tendencia al alza en la exposición humana a estos contaminantes. Este incremento coincide con la producción global de plásticos, que actualmente supera los 300 millones de toneladas anuales. Además, se estima que hay 2.5 millones de toneladas de plásticos flotando en los océanos, una cantidad que ha aumentado más de diez veces desde 2005.
Aunque el estudio no establece una relación causal entre la presencia de microplásticos y enfermedades como la demencia, sí plantea preocupaciones significativas para la salud humana. Se ha asociado la exposición a microplásticos con diversos problemas de salud, incluyendo accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiovasculares.
Los microplásticos ingresan al cuerpo humano a través de la alimentación, el agua y la inhalación, y se han encontrado en varios fluidos corporales, incluyendo sangre, semen, leche materna y placentas. Esta amplia presencia en el cuerpo humano resalta la necesidad de investigar más a fondo las rutas de exposición y los posibles efectos sobre la salud humana, especialmente en el cerebro.
La comunidad científica insta a que se tomen medidas urgentes para abordar la contaminación por plásticos y se realicen investigaciones adicionales para entender mejor cómo estos microplásticos afectan la salud humana.