En una reciente escalada de las hostilidades entre Israel e Irán, el gobierno israelí ha llevado a cabo ataques aéreos en territorio iraní, específicamente en las ciudades de Isfahán y Tabriz. Según informes de la defensa aérea iraní, tres drones fueron derribados mientras sobrevolaban Isfahán, ciudad que alberga instalaciones clave del programa nuclear de Irán. Este ataque no provocó daños a las infraestructuras críticas, según confirmaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Las tensiones entre ambos países han aumentado significativamente tras el intercambio de hostilidades comenzado con el ataque de Irán a un complejo diplomático israelí en Siria, que resultó en la muerte de oficiales iraníes, lo que Irán catalogó como una provocación directa de Israel. En respuesta, Irán ejecutó un ataque sin precedentes con misiles y drones contra Israel, aunque este fue ampliamente neutralizado por las defensas israelíes.
A pesar de las severas implicaciones de estos actos, ambos países han jugado a minimizar los eventos en un aparente intento por evitar una escalada mayor. No obstante, la comunidad internacional, incluidos los líderes del G7 y el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, han hecho llamados urgentes a ambas naciones para que moderen sus acciones y busquen una desescalada en la confrontación.
El ataque también se produce en un momento crítico, justo cuando el conflicto en Gaza, que involucra a actores regionales apoyados por Irán, sigue sin resolverse y continúa exacerbando la situación en el Medio Oriente.