La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha emitido una advertencia contundente sobre las consecuencias de los nuevos aranceles impuestos por el presidente Donald Trump a las importaciones. Según la OMC, la expectativa inicial de un crecimiento del comercio de mercancías para 2025, estimado en 2.7%, ha sido sustituida por una proyección de caída del 0.2%. Esta reversión en la tendencia internacional es atribuida directamente a la política arancelaria estadounidense, que estableció un arancel del 10% para todas las importaciones y sanciones adicionales de hasta un 145% para productos chinos.
El impacto es especialmente pronunciado entre Estados Unidos y China, donde la institución proyecta un desplome del comercio bilateral de entre 81% y 91%, abarcando sectores tecnológicos estratégicos como los smartphones, sin excepción en los gravámenes. La OMC califica este fenómeno como una “desconexión” profunda entre las dos principales economías del mundo.
En consecuencia, la OMC ha reducido su pronóstico del crecimiento del PIB global para 2025 del 2.8% al 2.2%. Si las tarifas recíprocas, actualmente en pausa por 90 días tras la reacción negativa de los mercados financieros, son aplicadas nuevamente, se prevé una caída adicional del 0.8% en el comercio global de mercancías. En escenarios de acentuada incertidumbre política, la contracción del intercambio comercial internacional podría alcanzar hasta un 1.5%.
Por regiones, las proyecciones indican que América del Norte experimentará una disminución en el comercio de más del 10% y las exportaciones de la región caerán un 12.6%. Mientras tanto, Asia y Europa muestran expectativas de crecimiento modesto tanto en exportaciones como importaciones, a pesar de las dificultades globales.
El comercio de servicios, aunque no está directamente gravado, también se verá afectado por la incertidumbre en el entorno, con especial incidencia en los sectores de transporte y logística por la disminución general de la demanda.
Ralph Ossa, economista jefe de la OMC, destacó que la incertidumbre política y comercial está debilitando considerablemente los flujos comerciales. La magnitud e inmediatez de la respuesta de los mercados financieros a las medidas adoptadas llevaron al mandatario estadounidense a decretar una pausa de 90 días en los nuevos aranceles como plazo para negociar con sus socios comerciales.
Las advertencias de la OMC han tenido eco en reportes de medios internacionales como The Guardian, BBC y CNBC, que documentaron la severidad del retroceso, la reacción adversa de los mercados y las proyecciones regionales. Los expertos concuerdan en que la relación entre Estados Unidos y China está bajo una fuerte tensión estructural, con repercusiones que afectan el desempeño económico global y regional, especialmente para América del Norte.
Esta situación marca un giro decisivo en la dinámica del comercio internacional, que según la OMC, pone en riesgos significativos la estructura tradicional de los flujos comerciales y el ritmo del crecimiento económico mundial.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha emitido una advertencia contundente sobre las consecuencias de los nuevos aranceles impuestos por el presidente Donald Trump a las importaciones. Según la OMC, la expectativa inicial de un crecimiento del comercio de mercancías para 2025, estimado en 2.7%, ha sido sustituida por una proyección de caída del 0.2%. Esta reversión en la tendencia internacional es atribuida directamente a la política arancelaria estadounidense, que estableció un arancel del 10% para todas las importaciones y sanciones adicionales de hasta un 145% para productos chinos.
El impacto es especialmente pronunciado entre Estados Unidos y China, donde la institución proyecta un desplome del comercio bilateral de entre 81% y 91%, abarcando sectores tecnológicos estratégicos como los smartphones, sin excepción en los gravámenes. La OMC califica este fenómeno como una “desconexión” profunda entre las dos principales economías del mundo.
En consecuencia, la OMC ha reducido su pronóstico del crecimiento del PIB global para 2025 del 2.8% al 2.2%. Si las tarifas recíprocas, actualmente en pausa por 90 días tras la reacción negativa de los mercados financieros, son aplicadas nuevamente, se prevé una caída adicional del 0.8% en el comercio global de mercancías. En escenarios de acentuada incertidumbre política, la contracción del intercambio comercial internacional podría alcanzar hasta un 1.5%.
Por regiones, las proyecciones indican que América del Norte experimentará una disminución en el comercio de más del 10% y las exportaciones de la región caerán un 12.6%. Mientras tanto, Asia y Europa muestran expectativas de crecimiento modesto tanto en exportaciones como importaciones, a pesar de las dificultades globales.
El comercio de servicios, aunque no está directamente gravado, también se verá afectado por la incertidumbre en el entorno, con especial incidencia en los sectores de transporte y logística por la disminución general de la demanda.
Ralph Ossa, economista jefe de la OMC, destacó que la incertidumbre política y comercial está debilitando considerablemente los flujos comerciales. La magnitud e inmediatez de la respuesta de los mercados financieros a las medidas adoptadas llevaron al mandatario estadounidense a decretar una pausa de 90 días en los nuevos aranceles como plazo para negociar con sus socios comerciales.
Las advertencias de la OMC han tenido eco en reportes de medios internacionales como The Guardian, BBC y CNBC, que documentaron la severidad del retroceso, la reacción adversa de los mercados y las proyecciones regionales. Los expertos concuerdan en que la relación entre Estados Unidos y China está bajo una fuerte tensión estructural, con repercusiones que afectan el desempeño económico global y regional, especialmente para América del Norte.
Esta situación marca un giro decisivo en la dinámica del comercio internacional, que según la OMC, pone en riesgos significativos la estructura tradicional de los flujos comerciales y el ritmo del crecimiento económico mundial.