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Protestas en Barcelona Contra el Turismo Masivo: Residentes Riegan a Turistas con Pistolas de Agua

Los residentes de Barcelona han intensificado su lucha contra el turismo masivo, llevando a cabo una protesta en la que rociaron a los turistas con agua. Encabezados por más de 100 organizaciones locales, los manifestantes buscan frenar el impacto negativo que el turismo excesivo tiene en su ciudad.

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Protestas en Barcelona Contra el Turismo Masivo: Residentes Riegan a Turistas con Pistolas de Agua

Los residentes de Barcelona han intensificado su lucha contra el turismo masivo, llevando a cabo una protesta en la que rociaron a los turistas con agua. Encabezados por más de 100 organizaciones locales, los manifestantes buscan frenar el impacto negativo que el turismo excesivo tiene en su ciudad.

"No estamos en contra del turismo, estamos en contra de un modelo de turismo que afecta nuestra calidad de vida"

- Afirmó uno de los organizadores.

11/7/2024

Barcelona ha sido escenario de una serie de protestas en contra del turismo masivo. En una manifestación reciente, los residentes, armados con pistolas de agua, recorrieron las áreas más frecuentadas por turistas, gritando "¡turistas vayan a casa!" y rociando a los visitantes con agua. Más de 100 organizaciones locales se unieron para denunciar los crecientes costos de vida y la disminución en la calidad de vida que, según ellos, son resultado directo del turismo excesivo.

La ciudad de Barcelona recibió casi 26 millones de turistas en 2023, generando ingresos de €12.75 mil millones. Esta afluencia masiva de visitantes ha llevado a una saturación en las infraestructuras y servicios de la ciudad, afectando significativamente a los residentes. Las preocupaciones principales incluyen la escasez de viviendas disponibles para los locales y el aumento del costo de vida.

La Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic ha publicado 13 propuestas para reducir el número de visitantes y cambiar el modelo turístico de la ciudad. Algunas de las iniciativas incluyen la restricción de alojamientos turísticos y el cese del gasto público en publicidad turística.

En respuesta a las quejas de los residentes, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunció una serie de medidas para mitigar el impacto negativo del turismo masivo. Estas medidas incluyen el aumento del impuesto turístico nocturno a €4 y la limitación del número de pasajeros de cruceros que pueden desembarcar en la ciudad. Además, Collboni se comprometió a devolver 10,000 unidades residenciales actualmente utilizadas por turistas para viviendas locales.

Las protestas en Barcelona son parte de un fenómeno más amplio en España, con otras regiones turísticas como las Islas Canarias también implementando restricciones y medidas para combatir el turismo excesivo. En Barcelona, los residentes no están en contra del turismo en sí, sino que buscan un cambio en el modelo actual para mejorar su calidad de vida y asegurar que los beneficios del turismo no sean a costa de los ciudadanos locales.

Además, el alcalde Collboni ha sido criticado por permitir eventos de gran escala, como un desfile de Louis Vuitton en el Parc Güell de Antoni Gaudí en mayo, lo que se percibe como una contradicción a sus esfuerzos por reducir el turismo masivo.

Las quejas de los residentes subrayan la constante tensión entre la industria del turismo y las comunidades locales, con destinos turísticos de todo el mundo enfrentando desafíos similares en la búsqueda de un equilibrio sostenible entre el crecimiento económico y la preservación de la calidad de vida de sus habitantes.

Esta situación ha llevado a una reflexión sobre la necesidad de reinventar el modelo turístico contemporáneo, poniendo en primer plano las necesidades y bienestar de las comunidades locales frente a la presión del turismo global.

Las protestas en Barcelona pueden ser vistas como una llamada de atención a las autoridades para reconsiderar y recalibrar las políticas turísticas, con un enfoque más equilibrado y sostenible a largo plazo. La situación actual pone de relieve la importancia de un diálogo continuo entre las comunidades locales, las autoridades y la industria del turismo para encontrar soluciones viables y equitativas.

Algo Curioso

"No estamos en contra del turismo, estamos en contra de un modelo de turismo que afecta nuestra calidad de vida"

- Afirmó uno de los organizadores.

Jul 11, 2024
Colglobal News

Barcelona ha sido escenario de una serie de protestas en contra del turismo masivo. En una manifestación reciente, los residentes, armados con pistolas de agua, recorrieron las áreas más frecuentadas por turistas, gritando "¡turistas vayan a casa!" y rociando a los visitantes con agua. Más de 100 organizaciones locales se unieron para denunciar los crecientes costos de vida y la disminución en la calidad de vida que, según ellos, son resultado directo del turismo excesivo.

La ciudad de Barcelona recibió casi 26 millones de turistas en 2023, generando ingresos de €12.75 mil millones. Esta afluencia masiva de visitantes ha llevado a una saturación en las infraestructuras y servicios de la ciudad, afectando significativamente a los residentes. Las preocupaciones principales incluyen la escasez de viviendas disponibles para los locales y el aumento del costo de vida.

La Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic ha publicado 13 propuestas para reducir el número de visitantes y cambiar el modelo turístico de la ciudad. Algunas de las iniciativas incluyen la restricción de alojamientos turísticos y el cese del gasto público en publicidad turística.

En respuesta a las quejas de los residentes, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunció una serie de medidas para mitigar el impacto negativo del turismo masivo. Estas medidas incluyen el aumento del impuesto turístico nocturno a €4 y la limitación del número de pasajeros de cruceros que pueden desembarcar en la ciudad. Además, Collboni se comprometió a devolver 10,000 unidades residenciales actualmente utilizadas por turistas para viviendas locales.

Las protestas en Barcelona son parte de un fenómeno más amplio en España, con otras regiones turísticas como las Islas Canarias también implementando restricciones y medidas para combatir el turismo excesivo. En Barcelona, los residentes no están en contra del turismo en sí, sino que buscan un cambio en el modelo actual para mejorar su calidad de vida y asegurar que los beneficios del turismo no sean a costa de los ciudadanos locales.

Además, el alcalde Collboni ha sido criticado por permitir eventos de gran escala, como un desfile de Louis Vuitton en el Parc Güell de Antoni Gaudí en mayo, lo que se percibe como una contradicción a sus esfuerzos por reducir el turismo masivo.

Las quejas de los residentes subrayan la constante tensión entre la industria del turismo y las comunidades locales, con destinos turísticos de todo el mundo enfrentando desafíos similares en la búsqueda de un equilibrio sostenible entre el crecimiento económico y la preservación de la calidad de vida de sus habitantes.

Esta situación ha llevado a una reflexión sobre la necesidad de reinventar el modelo turístico contemporáneo, poniendo en primer plano las necesidades y bienestar de las comunidades locales frente a la presión del turismo global.

Las protestas en Barcelona pueden ser vistas como una llamada de atención a las autoridades para reconsiderar y recalibrar las políticas turísticas, con un enfoque más equilibrado y sostenible a largo plazo. La situación actual pone de relieve la importancia de un diálogo continuo entre las comunidades locales, las autoridades y la industria del turismo para encontrar soluciones viables y equitativas.

Barcelona ha sido escenario de una serie de protestas en contra del turismo masivo. En una manifestación reciente, los residentes, armados con pistolas de agua, recorrieron las áreas más frecuentadas por turistas, gritando "¡turistas vayan a casa!" y rociando a los visitantes con agua. Más de 100 organizaciones locales se unieron para denunciar los crecientes costos de vida y la disminución en la calidad de vida que, según ellos, son resultado directo del turismo excesivo.

La ciudad de Barcelona recibió casi 26 millones de turistas en 2023, generando ingresos de €12.75 mil millones. Esta afluencia masiva de visitantes ha llevado a una saturación en las infraestructuras y servicios de la ciudad, afectando significativamente a los residentes. Las preocupaciones principales incluyen la escasez de viviendas disponibles para los locales y el aumento del costo de vida.

La Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic ha publicado 13 propuestas para reducir el número de visitantes y cambiar el modelo turístico de la ciudad. Algunas de las iniciativas incluyen la restricción de alojamientos turísticos y el cese del gasto público en publicidad turística.

En respuesta a las quejas de los residentes, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunció una serie de medidas para mitigar el impacto negativo del turismo masivo. Estas medidas incluyen el aumento del impuesto turístico nocturno a €4 y la limitación del número de pasajeros de cruceros que pueden desembarcar en la ciudad. Además, Collboni se comprometió a devolver 10,000 unidades residenciales actualmente utilizadas por turistas para viviendas locales.

Las protestas en Barcelona son parte de un fenómeno más amplio en España, con otras regiones turísticas como las Islas Canarias también implementando restricciones y medidas para combatir el turismo excesivo. En Barcelona, los residentes no están en contra del turismo en sí, sino que buscan un cambio en el modelo actual para mejorar su calidad de vida y asegurar que los beneficios del turismo no sean a costa de los ciudadanos locales.

Además, el alcalde Collboni ha sido criticado por permitir eventos de gran escala, como un desfile de Louis Vuitton en el Parc Güell de Antoni Gaudí en mayo, lo que se percibe como una contradicción a sus esfuerzos por reducir el turismo masivo.

Las quejas de los residentes subrayan la constante tensión entre la industria del turismo y las comunidades locales, con destinos turísticos de todo el mundo enfrentando desafíos similares en la búsqueda de un equilibrio sostenible entre el crecimiento económico y la preservación de la calidad de vida de sus habitantes.

Esta situación ha llevado a una reflexión sobre la necesidad de reinventar el modelo turístico contemporáneo, poniendo en primer plano las necesidades y bienestar de las comunidades locales frente a la presión del turismo global.

Las protestas en Barcelona pueden ser vistas como una llamada de atención a las autoridades para reconsiderar y recalibrar las políticas turísticas, con un enfoque más equilibrado y sostenible a largo plazo. La situación actual pone de relieve la importancia de un diálogo continuo entre las comunidades locales, las autoridades y la industria del turismo para encontrar soluciones viables y equitativas.

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