Los abejorros, conocidos científicamente como Bombus, están enfrentando una crisis sin precedentes debido al calentamiento global. Investigaciones recientes han demostrado que estas especies, que juegan un papel crucial en la polinización de plantas silvestres y cultivos, están perdiendo la capacidad de mantener la temperatura óptima en sus nidos. Los estudios indican que la temperatura ideal para la incubación de nidos se sitúa entre 28°C y 32°C, pero con el aumento de las olas de calor, mantener estas condiciones se está volviendo cada vez más difícil.
El concepto de "superorganismo", que describe a las colonias de abejorros donde el conjunto actúa más allá de los individuos, subraya la importancia de la temperatura en su supervivencia y reproducción. La investigación sugiere que el estrés térmico podría estar detrás de la disminución en el tamaño y la salud de los abejorros trabajadores, afectando negativamente su éxito en la fundación de nuevas colonias y la cantidad de huevos en las reinas.
El impacto de las altas temperaturas no es solo una amenaza teórica, sino una realidad que ya ha comenzado a manifestarse en diferentes partes del mundo. En América del Norte y Europa, donde los abejorros son más abundantes, se ha observado una disminución significativa en sus poblaciones. Este fenómeno también se ha registrado en áreas montañosas donde las especies han empezado a migrar a altitudes más altas en un intento por escapar del incremento del calor.
Las implicaciones de esta crisis son vastas, ya que los abejorros son polinizadores vitales no solo para las flores silvestres, sino también para cultivos como tomates, frijoles, manzanas y bayas. La pérdida de estas especies no solo afectaría la biodiversidad, sino también la agricultura y la disponibilidad de alimentos a nivel global.