El líder norcoreano Kim Jong Un encabezó el 8 de mayo de 2025 la supervisión de pruebas de sistemas de misiles balísticos de corto alcance, diseñadas para simular contraataques nucleares dirigidos a fuerzas de Estados Unidos y Corea del Sur. Los ejercicios se desarrollaron un día después de que Corea del Sur reportara múltiples lanzamientos desde la costa oriental norcoreana.
Las pruebas, ejecutadas entre las 8:10 y 9:20 de la mañana hora local desde la zona portuaria de Wonsan, involucraron el disparo de varios misiles de distintos tipos, incluyendo un sistema balístico móvil similar al ruso Iskander y lanzacohetes múltiples de 600 milímetros clasificados como misiles balísticos debido a su autopropulsión y guiado de vuelo. Los misiles alcanzaron distancias de hasta 800 kilómetros (497 millas) antes de impactar en el mar; el disparo de mayor alcance fue reportado con cerca de 500 millas.
La maniobra fue parte de ejercicios militares orientados a entrenar a las unidades norcoreanas en la ejecución de ataques bajo el control de su sistema de armamento nuclear. Según las autoridades surcoreanas, estos lanzamientos marcan la sexta ocasión en 2025 en la que Corea del Norte realiza esta clase de pruebas, profundizando un patrón de actividades armamentísticas pese al régimen de sanciones internacionales vigente.
La acción ocurre en un periodo de alta tensión en la región, enmarcada por ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur, actividades que Pyongyang considera preparativos para una eventual guerra nuclear. Kim Jong Un subrayó durante el operativo la necesidad de incrementar la capacidad de respuesta nuclear, mejorar la preparación combativa de sus fuerzas y perfeccionar la precisión de sus ataques.
Desde Seúl, la portavoz Kim Inae condenó los lanzamientos al calificarlos de acto provocativo que contraviene las resoluciones del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, advirtiendo sobre el riesgo significativo que representan para la paz y la estabilidad regional.
En el ámbito internacional, se especula sobre los posibles nexos entre estas pruebas y la intención de Corea del Norte de exportar armas a Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania. Por su parte, Japón verificó que ninguno de los misiles impactó en su zona económica exclusiva, y no reportó daños a embarcaciones ni aeronaves civiles o militares.
Con seis actividades de lanzamiento de misiles contabilizadas en lo que va de 2025, los ejercicios militares norcoreanos demuestran una intensificación de sus capacidades de disuasión y renuevan la preocupación en la comunidad internacional sobre el cumplimiento de las normativas de seguridad global.