Vladimir Putin ha confirmado públicamente que el misil hipersónico Oreshnik entra en fase de producción en serie como parte de un plan estratégico para aumentar las capacidades militares rusas en el actual contexto internacional altamente volátil. El anuncio se realizó durante un discurso ante graduados de universidades militares en el Kremlin, subrayando la premura de reforzar las capacidades convencionales y estratégicas del país.
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El Oreshnik, un sistema de alcance intermedio móvil sobre carretera, fue presentado en combate por primera vez en noviembre de 2024, cuando según distintas fuentes alcanzó un objetivo en Dnipro, Ucrania. Conforme datos de inteligencia y análisis militares, este misil balístico de combustible sólido tiene un alcance estimado de 5.500 kilómetros (3.415 millas) y es apto para portar tanto ojivas convencionales como nucleares.
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La precisión técnica del Oreshnik se fundamenta en sistemas de guía inercial y satelital, alcanzando un error circular probable de entre 10 y 20 metros. La carga útil máxima es de 1.000 kilogramos (2.204 libras), pudiendo equipar múltiples vehículos de reentrada (MRV) o un único vehículo de reentrada maniobrable (MaRV) para incrementar su capacidad de penetración ante defensas antimisiles. En fase terminal de vuelo, las estimaciones indican velocidades superiores a Mach 10. Este desarrollo consolida la posición rusa en el ámbito hipersónico tras la retirada del país del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) en 2019.
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La producción del Oreshnik se inscribe en el marco del Programa de Armamento Estatal 2027-2036, que prioriza la actualización tecnológica en todas las ramas de las fuerzas armadas, incluyendo la tríada nuclear. Las Fuerzas de Cohetes Estratégicos continuarán recibiendo misiles balísticos intercontinentales Yars modernizados, mientras que la aviación estratégica integrará los bombarderos Tu-160M, y la Armada incorporará submarinos y buques de última generación armados con misiles de precisión.
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Adicionalmente, Putin anunció la creación de una nueva división militar rusa especializada en operaciones con drones, indicando un cambio relevante en la doctrina de combate y la integración de sistemas no tripulados en las estrategias nacionales.
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En cuanto al escenario global, el mandatario ruso calificó el entorno político como "dinámico" y en deterioro, citando el incremento del conflicto en Medio Oriente y responsabilizando a las potencias occidentales de involucrar a terceros actores en nuevas crisis. Putin advirtió sobre elevados riesgos de “errores de cálculo estratégico” y responsabilizó a la OTAN por el aumento sin precedentes en el gasto militar, señalando que sus miembros invierten más en defensa que el resto de los países juntos. Anticipó una mayor presencia y modernización militar de la alianza en la próxima cumbre de la OTAN, al tiempo que rechazó declaraciones sobre una supuesta amenaza rusa a Europa.
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El desarrollo operativo y la puesta en producción del misil Oreshnik refuerzan la posición estratégica de Rusia, ajustando su doctrina militar en consonancia con un sistema internacional que, según las autoridades rusas, enfrenta un rápido proceso de fractura.