El inicio de la Cumbre Global sobre Calor Extremo marca un punto crítico en el reconocimiento y acción contra una de las amenazas más subestimadas del cambio climático: las olas de calor. Con la convocatoria de la IFRC y USAid, este evento reúne a líderes políticos, grupos humanitarios, académicos y comunidades afectadas para compartir experiencias y estrategias contra el calor extremo. Esta colaboración señala la urgencia de actuar frente a las temperaturas récord registradas globalmente, que en el último año pusieron a 3.8 mil millones de personas, la mitad de la población mundial, en riesgo por calor extremo.
Las discusiones en la cumbre se centraron en la necesidad de prepararse contra este "asesino silencioso", que no recibe la atención mediática comparativa de desastres como huracanes o terremotos. Se destacaron iniciativas como la plantación de árboles y el desarrollo de cubiertas reflectantes para techos que reducen las temperaturas interiores. Estos ejemplos ponen de manifiesto la creatividad y la innovación necesarias para combatir el aumento de las temperaturas.
La cumbre también propuso ideas novedosas, como la asignación de nombres a las olas de calor, similar a cómo se etiquetan tifones o huracanes, para aumentar la conciencia pública y la urgencia en la respuesta. Esta medida busca transformar la percepción del calor extremo de un fenómeno ordinario a una emergencia climática prioritaria.
El secretario general de la IFRC, Jagan Chapagain, citó la novela apocalíptica “Ministerio del Futuro” de Kim Stanley Robinson, que narra una mortal ola de calor en India, para ilustrar el potencial catastrófico del calor extremo. Destacó que, aunque aún no se ha alcanzado ese extremo apocalíptico, el cambio climático está aumentando significativamente la probabilidad de desastres por calor extremo con numerosas fatalidades.