La reciente expedición realizada por el Instituto Schmidt Ocean ha arrojado luz sobre la inexplorada biodiversidad de las montañas submarinas ubicadas en la costa de Chile, donde se han identificado más de 100 nuevas especies marinas. Este descubrimiento subraya la vasta cantidad de vida que aún permanece desconocida para la ciencia en los profundos océanos del mundo. Los investigadores, utilizando tecnología robótica submarina avanzada, pudieron documentar la existencia de especies nunca antes vistas por el ojo humano, incluyendo peces de aspecto peculiar, crustáceos con colores vibrantes y corales de formas intrincadas.
La expedición exploró una serie de montañas submarinas, conocidas como seamounts, que se elevan desde el lecho marino hasta formar picos y valles submarinos. Estas estructuras geológicas actúan como oasis de vida, ofreciendo hábitats ricos y variados que sustentan una diversidad biológica impresionante. Entre los hallazgos más destacados se encuentran esponjas de vidrio, corales profundos, erizos de mar, anfípodos, langostas cuadradas y muchas otras formas de vida que añaden nuevas piezas al complejo rompecabezas de la biodiversidad oceánica.
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El equipo de investigación, liderado por el biólogo marino Javier Sellanes, se aventuró en las profundidades de hasta 4,500 metros para estudiar estas montañas submarinas, revelando no solo nuevas especies sino también montañas submarinas previamente no cartografiadas. La importancia de estos descubrimientos trasciende el mero conocimiento científico; subraya la necesidad crítica de conservar estos ecosistemas únicos, que están amenazados por actividades humanas como la pesca de arrastre y la minería en aguas profundas.
La protección de estas áreas es fundamental para preservar su biodiversidad y los servicios ecosistémicos que proporcionan, desde la regulación del clima hasta la seguridad alimentaria para las comunidades costeras. Los investigadores esperan que estos descubrimientos impulsen esfuerzos de conservación y lleven a la creación de nuevas áreas marinas protegidas. La expedición ha demostrado una vez más que los océanos de nuestro planeta albergan maravillas aún por descubrir, recordándonos la importancia de explorar y proteger estos últimos rincones inexplorados de la Tierra.