En agosto de 2022, la ciudad de Nuevitas fue escenario de una serie de protestas que culminaron en la detención y posterior condena de varios ciudadanos, entre ellos Mayelín Rodríguez Prado, conocida en las redes sociales como La Chamaca. Prado, quien apenas tenía 22 años en el momento de los hechos, fue condenada por los delitos de "propaganda enemiga de carácter continuado" y "sedición", acusaciones que llevaron a su severa sentencia de 15 años de cárcel. La joven madre fue arrestada tras haber transmitido en vivo las protestas a través de Facebook, un acto que, según las autoridades, incitaba a la desestabilización social.
El juicio se llevó a cabo bajo estrictas medidas de seguridad, y la sentencia se anunció en medio de un clima de fuerte represión y control por parte del Estado cubano. A pesar de las apelaciones y el clamor internacional, la condena de Prado resalta la dura realidad enfrentada por los activistas y disidentes en la isla, quienes a menudo son sujetos a juicios sumarios y penas excesivas por ejercer su derecho a la libre expresión.
El caso de Prado no es aislado; forma parte de un patrón más amplio de represión que se ha intensificado desde las protestas masivas del 11 de julio de 2021. Estas manifestaciones, que se extendieron por toda la isla, resultaron en cientos de arrestos y largas condenas para muchos de los participantes, estableciendo un precedente preocupante para la libertad de expresión en Cuba.