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Documentos Filtrados Exponen Engaños y Mentiras de Grandes Petroleras Sobre el Cambio Climático

Recientes investigaciones han desvelado cómo grandes empresas petroleras han manipulado la información sobre los riesgos del cambio climático, mientras proyectaban una imagen de compromiso ambiental.

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Documentos Filtrados Exponen Engaños y Mentiras de Grandes Petroleras Sobre el Cambio Climático

Recientes investigaciones han desvelado cómo grandes empresas petroleras han manipulado la información sobre los riesgos del cambio climático, mientras proyectaban una imagen de compromiso ambiental.

“Durante décadas, la industria de los combustibles fósiles ha conocido los daños económicos y climáticos de sus productos, pero ha engañado al público estadounidense para seguir obteniendo más de 600 mil millones de dólares anuales en subsidios”

- Sheldon Whitehouse, senador demócrata de Rhode Island.

2/5/2024

En un reciente descubrimiento por parte de los demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, se ha revelado que la industria del petróleo ha reconocido privadamente sus esfuerzos para minimizar los peligros de la quema de combustibles fósiles. Este reconocimiento contrasta fuertemente con su postura pública, donde las empresas han proclamado repetidamente su apoyo a las iniciativas climáticas internacionales. Documentos internos, divulgados tras una citación judicial, muestran que mientras estas empresas hacían promesas sobre su compromiso con el clima, internamente admitían que sus planes eran incompatibles con los esfuerzos climáticos que publicitaban.

Las revelaciones incluyen comunicaciones internas que datan desde el 30 de noviembre de 2015, justo semanas antes de la firma del Acuerdo de París, donde estas contradicciones son especialmente evidentes. Por ejemplo, en una nota interna de 2019 a los ejecutivos de Exxon, se sugería eliminar cualquier referencia al Acuerdo de París por temor a que ello implicara un compromiso real con los objetivos del mismo.

Además, en múltiples ocasiones, las estrategias de relaciones públicas y cabildeo de estas empresas buscaban resaltar el gas natural como un combustible amigable con el clima, a pesar de reconocer internamente que su uso no era compatible con los objetivos climáticos internacionales. Un claro ejemplo de esto se dio en una presentación interna de BP en marzo de 2018, que describía cómo avanzar y proteger el papel del gas —y de BP— en la transición energética, resaltando el rol del gas como un aliado de las energías renovables, pese a los riesgos climáticos asociados.

Algo Curioso
Los documentos revelados muestran que Exxon estaba consciente de los riesgos climáticos desde 1977, mucho antes de que el cambio climático se convirtiera en un tema de discusión pública prominente.

Engaño y Desinformación: Las Tácticas de Big Oil

Durante décadas, las mayores corporaciones petroleras y gasíferas han jugado un doble papel en el debate público sobre el cambio climático. Por un lado, han afirmado públicamente su compromiso con la reducción de emisiones y el apoyo a los objetivos climáticos globales, mientras que, por otro, internamente impulsaban estrategias para proteger sus intereses comerciales a costa del medio ambiente. Este patrón de "doble discurso" ha sido documentado ampliamente mediante comunicaciones internas y testimonios durante audiencias recientes ante el Senado de EE. UU.

El senador Bernie Sanders, en una audiencia del comité de presupuesto, destacó la responsabilidad de la industria en la crisis climática actual, sugiriendo que deberían ser ellos, y no los gobiernos, quienes asuman los costos derivados de los daños ambientales. “No debería ser el gobierno estatal o federal quien pague la factura”, señaló Sanders, enfatizando que deberían ser las propias empresas petroleras quienes “se hagan cargo del problema que causaron”.

Sin embargo, la resistencia es palpable incluso dentro del propio Senado, donde figuras como el senador Ron Johnson minimizan los efectos del CO2, refiriéndose a él como “alimento para plantas”, una afirmación que refleja la retórica financiada por la industria durante décadas para sembrar dudas sobre el cambio climático. Este tipo de argumentos, aunque desacreditados científicamente, siguen presentes en el debate político, mostrando la profunda influencia de las corporaciones petroleras en la política estadounidense.

Además, el análisis de los documentos revela que estas compañías han sido conscientes de los impactos climáticos de sus productos desde hace décadas. Por ejemplo, un informe interno de Exxon de la década de 1980 ya alertaba sobre los significativos cambios climáticos derivados de la acumulación de gases de efecto invernadero, pero estas advertencias fueron sistemáticamente ignoradas o minimizadas en sus comunicaciones públicas.

Acciones Legales y Repercusiones para Big Oil

La revelación continua de estas prácticas ha llevado a un incremento en las demandas legales contra estas corporaciones. Ciudades y estados en los EE. UU., como Chicago y el condado de Bucks en Pensilvania, han iniciado acciones legales, alegando que las compañías petroleras han engañado al público y han contribuido deliberadamente a la crisis climática. Estas demandas se apoyan en documentos previamente divulgados por el comité de supervisión de la Cámara que evidencian las prácticas engañosas de las empresas.

Sharon Eubanks, abogada que lideró con éxito el litigio contra las tabacaleras en 2005, testificó recientemente que el Departamento de Justicia de EE. UU. tiene fundamentos razonables para emprender acciones legales similares contra la industria del petróleo. Estas podrían enfocarse en la conspiración para engañar al público sobre los riesgos climáticos, similar a lo que se hizo con la industria del tabaco.

En un entorno de creciente concienciación sobre el cambio climático, estos juicios y la presión pública podrían forzar finalmente a estas corporaciones a modificar sustancialmente sus operaciones y políticas. Las revelaciones actuales y futuras serán clave para determinar el alcance de la responsabilidad legal y financiera que estas empresas podrían enfrentar a largo plazo por su papel en la aceleración del cambio climático.

“Durante décadas, la industria de los combustibles fósiles ha conocido los daños económicos y climáticos de sus productos, pero ha engañado al público estadounidense para seguir obteniendo más de 600 mil millones de dólares anuales en subsidios”

- Sheldon Whitehouse, senador demócrata de Rhode Island.

May 2, 2024
Colglobal News

En un reciente descubrimiento por parte de los demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, se ha revelado que la industria del petróleo ha reconocido privadamente sus esfuerzos para minimizar los peligros de la quema de combustibles fósiles. Este reconocimiento contrasta fuertemente con su postura pública, donde las empresas han proclamado repetidamente su apoyo a las iniciativas climáticas internacionales. Documentos internos, divulgados tras una citación judicial, muestran que mientras estas empresas hacían promesas sobre su compromiso con el clima, internamente admitían que sus planes eran incompatibles con los esfuerzos climáticos que publicitaban.

Las revelaciones incluyen comunicaciones internas que datan desde el 30 de noviembre de 2015, justo semanas antes de la firma del Acuerdo de París, donde estas contradicciones son especialmente evidentes. Por ejemplo, en una nota interna de 2019 a los ejecutivos de Exxon, se sugería eliminar cualquier referencia al Acuerdo de París por temor a que ello implicara un compromiso real con los objetivos del mismo.

Además, en múltiples ocasiones, las estrategias de relaciones públicas y cabildeo de estas empresas buscaban resaltar el gas natural como un combustible amigable con el clima, a pesar de reconocer internamente que su uso no era compatible con los objetivos climáticos internacionales. Un claro ejemplo de esto se dio en una presentación interna de BP en marzo de 2018, que describía cómo avanzar y proteger el papel del gas —y de BP— en la transición energética, resaltando el rol del gas como un aliado de las energías renovables, pese a los riesgos climáticos asociados.

En un reciente descubrimiento por parte de los demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, se ha revelado que la industria del petróleo ha reconocido privadamente sus esfuerzos para minimizar los peligros de la quema de combustibles fósiles. Este reconocimiento contrasta fuertemente con su postura pública, donde las empresas han proclamado repetidamente su apoyo a las iniciativas climáticas internacionales. Documentos internos, divulgados tras una citación judicial, muestran que mientras estas empresas hacían promesas sobre su compromiso con el clima, internamente admitían que sus planes eran incompatibles con los esfuerzos climáticos que publicitaban.

Las revelaciones incluyen comunicaciones internas que datan desde el 30 de noviembre de 2015, justo semanas antes de la firma del Acuerdo de París, donde estas contradicciones son especialmente evidentes. Por ejemplo, en una nota interna de 2019 a los ejecutivos de Exxon, se sugería eliminar cualquier referencia al Acuerdo de París por temor a que ello implicara un compromiso real con los objetivos del mismo.

Además, en múltiples ocasiones, las estrategias de relaciones públicas y cabildeo de estas empresas buscaban resaltar el gas natural como un combustible amigable con el clima, a pesar de reconocer internamente que su uso no era compatible con los objetivos climáticos internacionales. Un claro ejemplo de esto se dio en una presentación interna de BP en marzo de 2018, que describía cómo avanzar y proteger el papel del gas —y de BP— en la transición energética, resaltando el rol del gas como un aliado de las energías renovables, pese a los riesgos climáticos asociados.

Algo Curioso
Los documentos revelados muestran que Exxon estaba consciente de los riesgos climáticos desde 1977, mucho antes de que el cambio climático se convirtiera en un tema de discusión pública prominente.

Engaño y Desinformación: Las Tácticas de Big Oil

Durante décadas, las mayores corporaciones petroleras y gasíferas han jugado un doble papel en el debate público sobre el cambio climático. Por un lado, han afirmado públicamente su compromiso con la reducción de emisiones y el apoyo a los objetivos climáticos globales, mientras que, por otro, internamente impulsaban estrategias para proteger sus intereses comerciales a costa del medio ambiente. Este patrón de "doble discurso" ha sido documentado ampliamente mediante comunicaciones internas y testimonios durante audiencias recientes ante el Senado de EE. UU.

El senador Bernie Sanders, en una audiencia del comité de presupuesto, destacó la responsabilidad de la industria en la crisis climática actual, sugiriendo que deberían ser ellos, y no los gobiernos, quienes asuman los costos derivados de los daños ambientales. “No debería ser el gobierno estatal o federal quien pague la factura”, señaló Sanders, enfatizando que deberían ser las propias empresas petroleras quienes “se hagan cargo del problema que causaron”.

Sin embargo, la resistencia es palpable incluso dentro del propio Senado, donde figuras como el senador Ron Johnson minimizan los efectos del CO2, refiriéndose a él como “alimento para plantas”, una afirmación que refleja la retórica financiada por la industria durante décadas para sembrar dudas sobre el cambio climático. Este tipo de argumentos, aunque desacreditados científicamente, siguen presentes en el debate político, mostrando la profunda influencia de las corporaciones petroleras en la política estadounidense.

Además, el análisis de los documentos revela que estas compañías han sido conscientes de los impactos climáticos de sus productos desde hace décadas. Por ejemplo, un informe interno de Exxon de la década de 1980 ya alertaba sobre los significativos cambios climáticos derivados de la acumulación de gases de efecto invernadero, pero estas advertencias fueron sistemáticamente ignoradas o minimizadas en sus comunicaciones públicas.

Acciones Legales y Repercusiones para Big Oil

La revelación continua de estas prácticas ha llevado a un incremento en las demandas legales contra estas corporaciones. Ciudades y estados en los EE. UU., como Chicago y el condado de Bucks en Pensilvania, han iniciado acciones legales, alegando que las compañías petroleras han engañado al público y han contribuido deliberadamente a la crisis climática. Estas demandas se apoyan en documentos previamente divulgados por el comité de supervisión de la Cámara que evidencian las prácticas engañosas de las empresas.

Sharon Eubanks, abogada que lideró con éxito el litigio contra las tabacaleras en 2005, testificó recientemente que el Departamento de Justicia de EE. UU. tiene fundamentos razonables para emprender acciones legales similares contra la industria del petróleo. Estas podrían enfocarse en la conspiración para engañar al público sobre los riesgos climáticos, similar a lo que se hizo con la industria del tabaco.

En un entorno de creciente concienciación sobre el cambio climático, estos juicios y la presión pública podrían forzar finalmente a estas corporaciones a modificar sustancialmente sus operaciones y políticas. Las revelaciones actuales y futuras serán clave para determinar el alcance de la responsabilidad legal y financiera que estas empresas podrían enfrentar a largo plazo por su papel en la aceleración del cambio climático.

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