Edmundo González Urrutia, exrepresentante de María Corina Machado en las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela, ha abandonado el país y se dirige a España tras recibir asilo político del gobierno español. Con 75 años de edad, González había estado refugiado en la embajada española en Caracas desde la fecha de las elecciones.
El jueves anterior a su salida, fuentes del gobierno de los Países Bajos confirmaron que González fue trasladado a la residencia del embajador español. Posteriormente, el sábado, se prepararon los salvoconductos necesarios para su salida, mientras un avión militar español lo esperaba en República Dominicana para trasladarlo a Madrid. La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, declaró que el gobierno otorgó los “debidos salvoconductos” con el fin de contribuir a la “tranquilidad y paz política del país”.
González había sido objeto de una orden de arresto dictada por el gobierno de Nicolás Maduro, enfrentando cargos de asociación criminal y conspiración, que podrían llevarlo a pasar hasta 30 años en prisión. Aunque el gobierno venezolano anunció a Maduro como ganador de las elecciones con un 52% de los votos, datos recopilados por la oposición indican que González habría ganado por un margen superior a 2 a 1.
El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, corroboró que González solicitó asilo, el cual fue otorgado por el gobierno español. En declaraciones a RTVE, Albares confirmó que González expresó su agradecimiento por la ayuda recibida durante todo el proceso.
La salida de González ocurre en un contexto de represión política en Venezuela, donde más de 1,700 personas han sido detenidas desde las elecciones presidenciales. Además, varios líderes opositores enfrentan situaciones similares de persecución política. La crisis ha incitado a más de 7 millones de venezolanos a emigrar, y España se ha convertido en un destino importante para muchos de ellos. Datos oficiales registran a aproximadamente 212,000 venezolanos residiendo en el país hasta 2022.
La situación generada por González ha desatado reacciones mixtas en España. Mientras algunos sectores critican las gestiones del gobierno español y cuestionan el respaldo a González sin un reconocimiento formal de su victoria electoral, otros apoyan la decisión de concederle asilo y garantizar su seguridad.