El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el 12 de agosto de 2024 la reanudación de las ventas de armas ofensivas a Arabia Saudita, marcando el fin de una suspensión que había estado en vigencia desde el inicio de la administración del presidente Joe Biden en 2021. La suspensión fue originalmente introducida en respuesta a un gran número de muertes de civiles, incluidos niños, causadas por los ataques aéreos saudíes contra los rebeldes hutíes en Yemen.
La decisión llega en medio de un contexto geopolítico en evolución, donde Arabia Saudita ha sido reconocida nuevamente como un actor central en la región, especialmente en relación con el conflicto en Gaza. Desde que la ONU mediara un alto el fuego en Yemen en 2022, que ha sido mayormente respetado, no ha habido ataques aéreos saudíes en Yemen y el fuego cruzado hacia Arabia Saudita ha cesado significativamente. Esto fue confirmado por Vedant Patel, portavoz del Departamento de Estado, quien destacó que "los saudíes han cumplido con su parte del acuerdo, y nosotros estamos preparados para cumplir con la nuestra".
Las condiciones para la reanudación de las ventas de armas incluyen la notificación y consulta apropiadas al Congreso, y las transferencias se considerarán caso por caso conforme a la Política de Transferencia de Armas Convencionales. Además, se levantará la prohibición sobre ciertos tipos de municiones aire-tierra, instaurada desde 2021.
Esta medida también tiene implicaciones geopolíticas significativas, ya que Arabia Saudita busca garantías de seguridad continuas de EE. UU., un flujo constante de armas y un posible acuerdo nuclear civil si se normalizan las relaciones con Israel. Sin embargo, Riad ha dejado claro que cualquier avance en este sentido requiere progresos hacia un estado palestino.
En el ámbito político, la reanudación de las ventas de armas ha generado respuestas variadas. El representante Joaquín Castro y otros miembros del Congreso han expresado sus preocupaciones sobre el historial de derechos humanos de Arabia Saudita y han pedido pruebas de cambios en su conducta antes de respaldar la decisión.
Además, la reanudación de las ventas ocurre en un momento clave para la región, mientras el conflicto en Gaza ha entrado en su décimo mes y los hutíes muestran una creciente agresión en el Mar Rojo, en aparente solidaridad con los palestinos.
Esta decisión refleja un cambio significativo en la política de Estados Unidos hacia Arabia Saudita, buscando un equilibrio entre las consideraciones de derechos humanos y las necesidades estratégicas en un entorno geopolítico complejo. Arabia Saudita es uno de los mayores compradores de armas estadounidenses, habiendo invertido miles de millones de dólares en equipos militares en las últimas décadas.