Gustavo Aníbal Giraldo, conocido por su alias Pablito Arauca, es un destacado líder militar del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia. Su ingreso al grupo guerrillero se remonta a la década de 1980, cuando tenía apenas 14 años. Actualmente, Pablito ocupa el tercer puesto en la jerarquía del ELN y controla aproximadamente 2.000 hombres, entre combatientes y milicianos, conformando la estructura más grande de esta guerrilla.
En su trayectoria, Pablito ha sido responsable de diversos y significativos ataques. Uno de los más notorios fue el atentado de 2019 contra la Escuela General Santander en Bogotá, que resultó en la muerte de 22 cadetes de la Policía. Este ataque llevó a la ruptura de las negociaciones de paz con el gobierno presidido por Iván Duque. Otros eventos violentos atribuidos a Pablito incluyen el asesinato de Pedro Antonio Bohórquez en 2014 y un ataque en 2015 que culminó con la muerte de 12 uniformados durante una misión electoral en Boyacá.
Más recientemente, los ataques vinculados al ELN en la región del Catatumbo han obligado al desplazamiento de 52.094 personas y han dejado un saldo de 52 muertos en tan solo dos semanas. En reacción a esta escalada de violencia, el presidente Gustavo Petro informó que al menos 1.000 hombres armados se movilizaron desde Arauca hacia Catatumbo, vestidos de civil, para reforzar al ELN. Petro hizo un llamado a la acción, declarando que "la responsabilidad de estas acciones recae principalmente en Pablito" y urgió la derrota del grupo guerrillero por razones de soberanía nacional.
Pese a su amplio poder militar, Pablito nunca ha formado parte de las delegaciones de paz del ELN. Su influencia se ha consolidado especialmente en la frontera con Venezuela, donde ha operado militarmente desde 1994. En 1995, el ELN tomó el puesto naval de Cararabo en territorio venezolano, resultando en la muerte de ocho oficiales en lo que se considera la peor masacre de la guerrilla colombiana en dicho país.
A lo largo de los años, Pablito ha escalado posiciones dentro del ELN. En el año 2000, fue nombrado comandante del frente Domingo Laín, la estructura más grande del ELN en Arauca, donde se concentra el 70% de su poder militar. En 2007, fue capturado por el Ejército en Bogotá, pero logró fugarse al año siguiente, trasladando su centro de operaciones a Apure, Venezuela. Como parte de los esfuerzos por capturarlo, las autoridades colombianas han ofrecido una recompensada de 4.000 millones de pesos (aproximadamente un millón de dólares) por información sobre su paradero.
Desde 2015, Pablito ha sido miembro del Comando Central del ELN, aunque su enfoque militar ha sido catalogado como un obstáculo para las negociaciones de paz. Se estima que, en caso de un hipotético acuerdo de paz, el 70% de su facción podría continuar en armas en la frontera venezolana. En Venezuela, el ELN opera más como un grupo paramilitar, regulando zonas de explotación minera, lo cual les otorga beneficios económicos en medio de la crisis del país.
El narcotráfico y el control de áreas mineras han sido fuentes clave de financiamiento para el ELN bajo el liderazgo de Pablito, lo que ha dificultado los esfuerzos del gobierno colombiano para mantener la seguridad y promover la paz en las regiones afectadas. La influencia del grupo guerrillero en estas áreas resalta la complejidad y la magnitud del conflicto.
En este contexto, la administración de Gustavo Petro ha subrayado la necesidad imperiosa de debilitar al ELN, especialmente a su facción más militarizada liderada por Pablito, como un paso crucial para restaurar la paz y la seguridad en las regiones impactadas por la violencia.