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Israel lanza ataque contra instalación nuclear de Natanz en Irán, causando muertes de altos mandos y científicos

Israel ejecutó un ataque militar en la madrugada del 14 de junio de 2025 contra el principal complejo de enriquecimiento de uranio en Natanz, Irán, golpeando una infraestructura clave del programa nuclear iraní y ocasionando la muerte de seis científicos nucleares y altos mandos militares.

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Israel lanza ataque contra instalación nuclear de Natanz en Irán, causando muertes de altos mandos y científicos

Israel ejecutó un ataque militar en la madrugada del 14 de junio de 2025 contra el principal complejo de enriquecimiento de uranio en Natanz, Irán, golpeando una infraestructura clave del programa nuclear iraní y ocasionando la muerte de seis científicos nucleares y altos mandos militares.

"Este ataque fue contra el corazón del programa nuclear iraní"

– Aseguró Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel.

14/6/2025

El 14 de junio de 2025, fuerzas israelíes llevaron a cabo una operación militar enfocada en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, situada a 225 kilómetros al sur de Teherán. El complejo, considerado el núcleo estratégico del programa nuclear iraní, abarca más de tres kilómetros cuadrados e incluye instalaciones subterráneas a 50 metros de profundidad, donde se alojan centrifugadoras avanzadas diseñadas para procesar uranio.


Según datos de la organización NTI, dos edificios subterráneos en Natanz pueden albergar hasta 50,000 centrifugadoras. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) estimó en 2015 que Irán tenía alrededor de 19,000 centrifugadoras, de las cuales al menos 5,000 estaban localizadas precisamente en Natanz. Desde 2021, la mayor parte del uranio enriquecido al 60 % por Irán —a solo 30 puntos porcentuales del 90 % necesario para la fabricación de armas nucleares— ha sido producida en esta instalación central. En la actualidad, el arsenal iraní incluye un total de 408 kilogramos de uranio enriquecido.


En el transcurso del ataque, se confirmó la muerte de un mínimo de seis científicos nucleares y altos mandos militares involucrados en el programa nuclear iraní. Entre las bajas reportadas figuran el general Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria, y Mohamad Bagheri, jefe de Estado Mayor del Ejército regular.


Las operaciones israelíes también alcanzaron instalaciones relacionadas en Isfahan y provocaron explosiones en las proximidades de la planta nuclear de Fordow, localizada a unos 500 metros bajo tierra. Aunque Fordow —reconocida como una de las instalaciones más difíciles de destruir— no fue impactada directamente en esta ocasión, el suceso incrementó la presión sobre el aparato nuclear iraní.


Pese a la contundencia del operativo, especialistas del Instituto Real de Servicios Unidos (RUSI) advierten que los ataques no bastan para eliminar de manera definitiva el programa nuclear de Irán. Los análisis del RUSI señalan que incluso las bombas más potentes del arsenal estadounidense serían insuficientes para destruir completamente infraestructuras como Natanz o Fordow en una única operación, anticipándose la necesidad de múltiples bombardeos continuos para lograr ese objetivo.


El contexto regional se ha visto marcado por un aumento significativo de las tensiones tras la intervención israelí. El ataque derivó en la cancelación de la ronda de negociaciones nucleares previstas entre Estados Unidos e Irán el 16 de junio en Omán, después de que Teherán anunciara su decisión de no participar a raíz de estos incidentes.

Algo Curioso

"Este ataque fue contra el corazón del programa nuclear iraní"

– Aseguró Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel.

Jun 14, 2025
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El 14 de junio de 2025, fuerzas israelíes llevaron a cabo una operación militar enfocada en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, situada a 225 kilómetros al sur de Teherán. El complejo, considerado el núcleo estratégico del programa nuclear iraní, abarca más de tres kilómetros cuadrados e incluye instalaciones subterráneas a 50 metros de profundidad, donde se alojan centrifugadoras avanzadas diseñadas para procesar uranio.


Según datos de la organización NTI, dos edificios subterráneos en Natanz pueden albergar hasta 50,000 centrifugadoras. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) estimó en 2015 que Irán tenía alrededor de 19,000 centrifugadoras, de las cuales al menos 5,000 estaban localizadas precisamente en Natanz. Desde 2021, la mayor parte del uranio enriquecido al 60 % por Irán —a solo 30 puntos porcentuales del 90 % necesario para la fabricación de armas nucleares— ha sido producida en esta instalación central. En la actualidad, el arsenal iraní incluye un total de 408 kilogramos de uranio enriquecido.


En el transcurso del ataque, se confirmó la muerte de un mínimo de seis científicos nucleares y altos mandos militares involucrados en el programa nuclear iraní. Entre las bajas reportadas figuran el general Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria, y Mohamad Bagheri, jefe de Estado Mayor del Ejército regular.


Las operaciones israelíes también alcanzaron instalaciones relacionadas en Isfahan y provocaron explosiones en las proximidades de la planta nuclear de Fordow, localizada a unos 500 metros bajo tierra. Aunque Fordow —reconocida como una de las instalaciones más difíciles de destruir— no fue impactada directamente en esta ocasión, el suceso incrementó la presión sobre el aparato nuclear iraní.


Pese a la contundencia del operativo, especialistas del Instituto Real de Servicios Unidos (RUSI) advierten que los ataques no bastan para eliminar de manera definitiva el programa nuclear de Irán. Los análisis del RUSI señalan que incluso las bombas más potentes del arsenal estadounidense serían insuficientes para destruir completamente infraestructuras como Natanz o Fordow en una única operación, anticipándose la necesidad de múltiples bombardeos continuos para lograr ese objetivo.


El contexto regional se ha visto marcado por un aumento significativo de las tensiones tras la intervención israelí. El ataque derivó en la cancelación de la ronda de negociaciones nucleares previstas entre Estados Unidos e Irán el 16 de junio en Omán, después de que Teherán anunciara su decisión de no participar a raíz de estos incidentes.

El 14 de junio de 2025, fuerzas israelíes llevaron a cabo una operación militar enfocada en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, situada a 225 kilómetros al sur de Teherán. El complejo, considerado el núcleo estratégico del programa nuclear iraní, abarca más de tres kilómetros cuadrados e incluye instalaciones subterráneas a 50 metros de profundidad, donde se alojan centrifugadoras avanzadas diseñadas para procesar uranio.


Según datos de la organización NTI, dos edificios subterráneos en Natanz pueden albergar hasta 50,000 centrifugadoras. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) estimó en 2015 que Irán tenía alrededor de 19,000 centrifugadoras, de las cuales al menos 5,000 estaban localizadas precisamente en Natanz. Desde 2021, la mayor parte del uranio enriquecido al 60 % por Irán —a solo 30 puntos porcentuales del 90 % necesario para la fabricación de armas nucleares— ha sido producida en esta instalación central. En la actualidad, el arsenal iraní incluye un total de 408 kilogramos de uranio enriquecido.


En el transcurso del ataque, se confirmó la muerte de un mínimo de seis científicos nucleares y altos mandos militares involucrados en el programa nuclear iraní. Entre las bajas reportadas figuran el general Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria, y Mohamad Bagheri, jefe de Estado Mayor del Ejército regular.


Las operaciones israelíes también alcanzaron instalaciones relacionadas en Isfahan y provocaron explosiones en las proximidades de la planta nuclear de Fordow, localizada a unos 500 metros bajo tierra. Aunque Fordow —reconocida como una de las instalaciones más difíciles de destruir— no fue impactada directamente en esta ocasión, el suceso incrementó la presión sobre el aparato nuclear iraní.


Pese a la contundencia del operativo, especialistas del Instituto Real de Servicios Unidos (RUSI) advierten que los ataques no bastan para eliminar de manera definitiva el programa nuclear de Irán. Los análisis del RUSI señalan que incluso las bombas más potentes del arsenal estadounidense serían insuficientes para destruir completamente infraestructuras como Natanz o Fordow en una única operación, anticipándose la necesidad de múltiples bombardeos continuos para lograr ese objetivo.


El contexto regional se ha visto marcado por un aumento significativo de las tensiones tras la intervención israelí. El ataque derivó en la cancelación de la ronda de negociaciones nucleares previstas entre Estados Unidos e Irán el 16 de junio en Omán, después de que Teherán anunciara su decisión de no participar a raíz de estos incidentes.

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