Un reciente estudio elaborado por investigadores de la Universidad Aalto en Finlandia y publicado en la revista Nature Communications, plantea que la población mundial, estimada actualmente en 8.2 mil millones de personas, podría estar subestimada en miles de millones, principalmente en zonas rurales. Según los hallazgos, las cifras de población rural utilizadas en los datos globales habituales podrían tener un margen de error del 53% al 84%.
El análisis se realizó basándose en información recabada entre 1975 y 2010 sobre 300 proyectos de construcción de represas en 35 países. Estos datos, más precisos debido a los registros de reubicación de personas obligadas por las obras, revelaron grandes discrepancias con los modelos globales utilizados, como WorldPop, GWP, GRUMP, LandScan y GHS-POP. Estos métodos globales de conteo de población suelen recurrir a censos y datos espaciales de cuadrícula que no reflejan con exactitud las dinámicas de asentamientos rurales.
En términos demográficos, las áreas rurales representan el 43% de la población mundial. Sin embargo, los modelos tradicionales subestiman este segmento poblacional, según los datos de reubicación en los proyectos estudiados. Estos registros son llevados a cabo por las empresas responsables de los proyectos, quienes están obligadas a contabilizar de manera precisa a las personas afectadas, principalmente en función de compensaciones económicas. Este enfoque permitió comparaciones concretas que evidencian la insuficiencia de los métodos generales para medir zonas alejadas de los centros urbanos.
Josias Láng-Ritter, autor principal de la investigación, subrayó que "la población real en áreas rurales es significativamente mayor de lo que los datos globales sugieren". Por su parte, Stuart Gietel-Basten, experto de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, consideró que, de confirmarse, este trabajo sería un hallazgo revolucionario por contradecir décadas de estadísticas demográficas internacionales.
Las implicaciones del estudio son profundas. Una subestimación de la población rural puede influir de manera considerable en la asignación de recursos, políticas de desarrollo, y acceso a servicios básicos como salud y educación, dejando a comunidades marginadas aún más vulnerables. Además, este desajuste en las cifras podría también repercutir en la planificación económica y medioambiental a gran escala.
Los autores del trabajo resaltaron la necesidad de mejorar las metodologías para recoger información en áreas rurales, lo que implicaría el uso de tecnologías novedosas o una mayor inversión en censos que permitan datos más específicos y acordes con la realidad de estos lugares. Los investigadores consideran que una recalibración de los modelos de población resulta imprescindible para evitar desigualdades en la distribución de recursos y oportunidades.
Este estudio fue publicado en Nature Communications y representa una evaluación sistemática de la exactitud de los modelos de población actuales en entornos rurales, abriendo debates sobre las limitaciones de los métodos demográficos empleados durante décadas y la urgente necesidad de innovar en estrategias de medición en estos contextos.
Un reciente estudio elaborado por investigadores de la Universidad Aalto en Finlandia y publicado en la revista Nature Communications, plantea que la población mundial, estimada actualmente en 8.2 mil millones de personas, podría estar subestimada en miles de millones, principalmente en zonas rurales. Según los hallazgos, las cifras de población rural utilizadas en los datos globales habituales podrían tener un margen de error del 53% al 84%.
El análisis se realizó basándose en información recabada entre 1975 y 2010 sobre 300 proyectos de construcción de represas en 35 países. Estos datos, más precisos debido a los registros de reubicación de personas obligadas por las obras, revelaron grandes discrepancias con los modelos globales utilizados, como WorldPop, GWP, GRUMP, LandScan y GHS-POP. Estos métodos globales de conteo de población suelen recurrir a censos y datos espaciales de cuadrícula que no reflejan con exactitud las dinámicas de asentamientos rurales.
En términos demográficos, las áreas rurales representan el 43% de la población mundial. Sin embargo, los modelos tradicionales subestiman este segmento poblacional, según los datos de reubicación en los proyectos estudiados. Estos registros son llevados a cabo por las empresas responsables de los proyectos, quienes están obligadas a contabilizar de manera precisa a las personas afectadas, principalmente en función de compensaciones económicas. Este enfoque permitió comparaciones concretas que evidencian la insuficiencia de los métodos generales para medir zonas alejadas de los centros urbanos.
Josias Láng-Ritter, autor principal de la investigación, subrayó que "la población real en áreas rurales es significativamente mayor de lo que los datos globales sugieren". Por su parte, Stuart Gietel-Basten, experto de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, consideró que, de confirmarse, este trabajo sería un hallazgo revolucionario por contradecir décadas de estadísticas demográficas internacionales.
Las implicaciones del estudio son profundas. Una subestimación de la población rural puede influir de manera considerable en la asignación de recursos, políticas de desarrollo, y acceso a servicios básicos como salud y educación, dejando a comunidades marginadas aún más vulnerables. Además, este desajuste en las cifras podría también repercutir en la planificación económica y medioambiental a gran escala.
Los autores del trabajo resaltaron la necesidad de mejorar las metodologías para recoger información en áreas rurales, lo que implicaría el uso de tecnologías novedosas o una mayor inversión en censos que permitan datos más específicos y acordes con la realidad de estos lugares. Los investigadores consideran que una recalibración de los modelos de población resulta imprescindible para evitar desigualdades en la distribución de recursos y oportunidades.
Este estudio fue publicado en Nature Communications y representa una evaluación sistemática de la exactitud de los modelos de población actuales en entornos rurales, abriendo debates sobre las limitaciones de los métodos demográficos empleados durante décadas y la urgente necesidad de innovar en estrategias de medición en estos contextos.