El equipo internacional, encabezado por especialistas de la Universidad de Rostock y la Universidad de Birmingham, ha descubierto un fenómeno físico sin precedentes: la aparición y desaparición de destellos de luz en puntos específicos del espacio-tiempo, conocidos como "eventos topológicos espacio-temporales". Este hallazgo se publicó el 23 de abril de 2025 en la revista Nature Photonics (DOI: 10.1038/s41566-025-01653-w). La investigación se centra en la manipulación matemática conjunta del espacio y el tiempo, permitiendo que la luz surja desde un estado donde previamente no existía, mediante el uso de cristales espacio-temporales capaces de replicar patrones en ambas dimensiones.
Los experimentos diseñados permitieron generar luz en un momento y ubicación precisos, con la característica destacada de que estos destellos son altamente estables y resistentes frente a perturbaciones externas, algo inusual en óptica convencional. La robustez de los eventos topológicos proviene de fundamentos matemáticos en la topología, rama que regula comportamientos físicos con reglas estrictas y ofrece estabilidad ante fluctuaciones.
El estudio detalla que considerar el tiempo como agente activo abrió la posibilidad de provocar efectos físicos desconocidos hasta el momento. Esto contrasta con la concepción tradicional del tiempo como un simple telón de fondo pasivo. El profesor Alexander Szameit, miembro del equipo investigador, comparó el fenómeno con el acto de creación absoluta: la luz emerge donde antes no había nada, en estricta obediencia a las ecuaciones físicas manipuladas en laboratorio.
La posibilidad de controlar el surgimiento y comportamiento de la luz mediante estos procesos tiene implicaciones tecnológicas significativas. La resistencia de los eventos topológicos a las interferencias podría aplicarse al perfeccionamiento de sistemas de imagen de alta precisión y a la optimización de redes avanzadas de comunicación óptica. Además, la investigación señala que la conocida "flecha del tiempo", es decir, la dirección única en la que transcurre el tiempo, influye de manera determinante en la estabilidad de los estados de luz, una conclusión relevante para la física cuántica y la ingeniería fotónica.
Los investigadores sostienen que la manipulación activa y estructurada del tiempo, con estrategias similares a las empleadas en el espacio, representa un avance que podría transformar la conceptualización de la física moderna, así como abrir nuevas líneas de desarrollo químico, físico y tecnológico en estudios del universo, dispositivos láser y sistemas de comunicación óptica de nueva generación.