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Israel lanza ataque masivo contra Irán con 200 aviones y más de 100 objetivos, incluidas instalaciones nucleares

El 13 de junio de 2025, el gobierno israelí lanzó una operación militar de gran escala contra instalaciones estratégicas en territorio iraní, provocando la muerte de al menos 78 personas y dejando 329 heridos, según reportes oficiales.

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Israel lanza ataque masivo contra Irán con 200 aviones y más de 100 objetivos, incluidas instalaciones nucleares

El 13 de junio de 2025, el gobierno israelí lanzó una operación militar de gran escala contra instalaciones estratégicas en territorio iraní, provocando la muerte de al menos 78 personas y dejando 329 heridos, según reportes oficiales.

"Esta operación tenía como objetivo reducir la amenaza iraní a la supervivencia de Israel"

– Afirmó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

13/6/2025

La madrugada del 13 de junio de 2025, fuerzas armadas de Israel ejecutaron una ofensiva aérea sobre más de 100 objetivos en Irán. El ataque incluyó la participación de 200 aviones de combate, según información proporcionada por el propio gobierno israelí. Entre los blancos atacados destacaron instalaciones nucleares claves, como la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, infraestructura subterránea y diversos emplazamientos en la ciudad de Teherán.


La ofensiva provocó la muerte de 78 personas y 329 heridos, según fuentes oficiales. Entre los fallecidos figuran altos mandos de las fuerzas militares y del programa nuclear iraní, incluyendo el jefe de personal de las Fuerzas Armadas, mayor general Mohammad Bagheri, y el comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hossein Salami. Las instalaciones de Natanz sufrieron daños significativos en áreas subterráneas donde operaban centrifugadoras y otras infraestructuras críticas, aunque la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) informó que no se detectaron incrementos en los niveles de radiación tras los ataques.


Dentro del alcance de la operación, denominada "León en Ascenso", fuerzas israelíes destruyeron instalaciones para la producción de uranio metálico y laboratorios ubicados en Isfahan, al sur de Natanz. Esta maniobra fue calificada por autoridades estadounidenses como una acción principalmente unilateral. Aun así, el presidente Donald Trump elogió la operación y señaló posibles represalias más severas si Irán persiste en su programa nuclear. Por su parte, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, consideró que el ataque no fue coordinado plenamente con Washington, pese a las declaraciones públicas de Trump.


Como respuesta inmediata, Irán lanzó cientos de misiles contra territorio israelí, lo cual activó alarmas antiaéreas en varias ciudades. Las fuerzas de defensa aérea israelíes lograron interceptar una porción significativa de los misiles, aunque algunos alcanzaron estructuras. Además, Irán desplegó más de 100 drones, de los cuales varios fueron derribados por el sistema de defensa israelí.


La comunidad internacional reaccionó con amplio rechazo al uso de la fuerza, condenando el ataque israelí y demandando la reducción de tensiones en la región. Países europeos y del Medio Oriente se sumaron a estos llamados. La IAEA convocó a una reunión de emergencia para abordar la situación, mientras se puso en duda la participación iraní en negociaciones previamente pactadas sobre su programa nuclear en Omán.


Esta ofensiva marca una escalada significativa en el conflicto entre ambas naciones y expone la fragilidad de la estabilidad en Medio Oriente, elevando el nivel de preocupación internacional sobre el futuro del programa nuclear iraní y la seguridad regional.

Algo Curioso

"Esta operación tenía como objetivo reducir la amenaza iraní a la supervivencia de Israel"

– Afirmó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Jun 13, 2025
Colglobal News

La madrugada del 13 de junio de 2025, fuerzas armadas de Israel ejecutaron una ofensiva aérea sobre más de 100 objetivos en Irán. El ataque incluyó la participación de 200 aviones de combate, según información proporcionada por el propio gobierno israelí. Entre los blancos atacados destacaron instalaciones nucleares claves, como la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, infraestructura subterránea y diversos emplazamientos en la ciudad de Teherán.


La ofensiva provocó la muerte de 78 personas y 329 heridos, según fuentes oficiales. Entre los fallecidos figuran altos mandos de las fuerzas militares y del programa nuclear iraní, incluyendo el jefe de personal de las Fuerzas Armadas, mayor general Mohammad Bagheri, y el comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hossein Salami. Las instalaciones de Natanz sufrieron daños significativos en áreas subterráneas donde operaban centrifugadoras y otras infraestructuras críticas, aunque la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) informó que no se detectaron incrementos en los niveles de radiación tras los ataques.


Dentro del alcance de la operación, denominada "León en Ascenso", fuerzas israelíes destruyeron instalaciones para la producción de uranio metálico y laboratorios ubicados en Isfahan, al sur de Natanz. Esta maniobra fue calificada por autoridades estadounidenses como una acción principalmente unilateral. Aun así, el presidente Donald Trump elogió la operación y señaló posibles represalias más severas si Irán persiste en su programa nuclear. Por su parte, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, consideró que el ataque no fue coordinado plenamente con Washington, pese a las declaraciones públicas de Trump.


Como respuesta inmediata, Irán lanzó cientos de misiles contra territorio israelí, lo cual activó alarmas antiaéreas en varias ciudades. Las fuerzas de defensa aérea israelíes lograron interceptar una porción significativa de los misiles, aunque algunos alcanzaron estructuras. Además, Irán desplegó más de 100 drones, de los cuales varios fueron derribados por el sistema de defensa israelí.


La comunidad internacional reaccionó con amplio rechazo al uso de la fuerza, condenando el ataque israelí y demandando la reducción de tensiones en la región. Países europeos y del Medio Oriente se sumaron a estos llamados. La IAEA convocó a una reunión de emergencia para abordar la situación, mientras se puso en duda la participación iraní en negociaciones previamente pactadas sobre su programa nuclear en Omán.


Esta ofensiva marca una escalada significativa en el conflicto entre ambas naciones y expone la fragilidad de la estabilidad en Medio Oriente, elevando el nivel de preocupación internacional sobre el futuro del programa nuclear iraní y la seguridad regional.

La madrugada del 13 de junio de 2025, fuerzas armadas de Israel ejecutaron una ofensiva aérea sobre más de 100 objetivos en Irán. El ataque incluyó la participación de 200 aviones de combate, según información proporcionada por el propio gobierno israelí. Entre los blancos atacados destacaron instalaciones nucleares claves, como la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, infraestructura subterránea y diversos emplazamientos en la ciudad de Teherán.


La ofensiva provocó la muerte de 78 personas y 329 heridos, según fuentes oficiales. Entre los fallecidos figuran altos mandos de las fuerzas militares y del programa nuclear iraní, incluyendo el jefe de personal de las Fuerzas Armadas, mayor general Mohammad Bagheri, y el comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hossein Salami. Las instalaciones de Natanz sufrieron daños significativos en áreas subterráneas donde operaban centrifugadoras y otras infraestructuras críticas, aunque la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) informó que no se detectaron incrementos en los niveles de radiación tras los ataques.


Dentro del alcance de la operación, denominada "León en Ascenso", fuerzas israelíes destruyeron instalaciones para la producción de uranio metálico y laboratorios ubicados en Isfahan, al sur de Natanz. Esta maniobra fue calificada por autoridades estadounidenses como una acción principalmente unilateral. Aun así, el presidente Donald Trump elogió la operación y señaló posibles represalias más severas si Irán persiste en su programa nuclear. Por su parte, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, consideró que el ataque no fue coordinado plenamente con Washington, pese a las declaraciones públicas de Trump.


Como respuesta inmediata, Irán lanzó cientos de misiles contra territorio israelí, lo cual activó alarmas antiaéreas en varias ciudades. Las fuerzas de defensa aérea israelíes lograron interceptar una porción significativa de los misiles, aunque algunos alcanzaron estructuras. Además, Irán desplegó más de 100 drones, de los cuales varios fueron derribados por el sistema de defensa israelí.


La comunidad internacional reaccionó con amplio rechazo al uso de la fuerza, condenando el ataque israelí y demandando la reducción de tensiones en la región. Países europeos y del Medio Oriente se sumaron a estos llamados. La IAEA convocó a una reunión de emergencia para abordar la situación, mientras se puso en duda la participación iraní en negociaciones previamente pactadas sobre su programa nuclear en Omán.


Esta ofensiva marca una escalada significativa en el conflicto entre ambas naciones y expone la fragilidad de la estabilidad en Medio Oriente, elevando el nivel de preocupación internacional sobre el futuro del programa nuclear iraní y la seguridad regional.

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