El Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) ha reportado la aparición de un extenso agujero coronal en el hemisferio sur de la atmósfera solar, una región donde los campos magnéticos se debilitan y se abren facilitando la salida de viento solar de alta velocidad. Se pronostica que este flujo de partículas cargadas llegue a la Tierra y desate una tormenta geomagnética de categoría G2 —nivel considerado moderado— a partir del sábado 14 de junio de 2025.
Los agujeros coronales se identifican por su capacidad de permitir que el viento solar fluya más rápidamente al espacio. Cuando ese viento interactúa con el campo magnético terrestre, puede provocar fenómenos como auroras boreales y australes.
De acuerdo con la clasificación de NOAA, una tormenta geomagnética de nivel G2 no representa un riesgo considerable para la vida en la Tierra o la infraestructura principal. Sin embargo, puede provocar ajustes menores en la trayectoria de algunos satélites y causar interrupciones temporales en las comunicaciones de radio de alta frecuencia, usadas principalmente en sectores de aviación y marítimos. Además, la actividad auroral asociada a este evento podría observarse desde latitudes de hasta 55 grados tanto al norte como al sur, aunque la cercanía del solsticio de verano en el hemisferio norte podría limitar la visibilidad nocturna de este fenómeno por la menor duración de la noche.
Este episodio ocurre en el contexto del ciclo solar número 25, cuyo máximo de actividad ha superado las expectativas iniciales de los científicos por la intensidad y frecuencia de los eventos solares registrados.