Israel lanzó en la madrugada del 13 de junio de 2025 un extenso ataque aéreo sobre Irán, denominado Operación León Ascendente, empleando más de 200 aviones de combate y bombardeando más de 100 objetivos identificados como instalaciones nucleares, sitios de misiles y localizaciones de altos mandos militares. De acuerdo con medios estatales iraníes, los bombardeos provocaron al menos 78 fallecidos, entre los que se incluyen altos mandos militares y seis científicos vinculados a proyectos nucleares iraníes, así como más de 320 heridos, en su mayoría civiles.
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La ofensiva aérea israelí se focalizó principalmente en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, donde se destruyó una instalación de producción de uranio metálico y laboratorios anexos. Las acciones también alcanzaron instalaciones estratégicas en Teherán e Isfahan, generando explosiones y daños en instalaciones nucleares y militares. Entre los fallecidos confirmados se encuentra Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, junto con otros funcionarios militares de alto rango.
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En respuesta, Irán ejecutó dos oleadas de lanzamiento de hasta 100 misiles balísticos dirigidos a territorio israelí. La mayor parte de estos misiles fueron interceptados por el sistema de defensa Iron Dome, aunque algunos alcanzaron objetivos, en particular en Tel Aviv, donde se reportaron daños materiales significativos y afectaciones a edificios residenciales, incluido el impacto de un misil sobre un rascacielos con rotura de ventanas y problemas estructurales. Según las autoridades israelíes, los ataques dejaron al menos 21 heridos, dos de ellos en estado crítico, y llevaron a la población civil a buscar refugio en espacios protegidos ante la amenaza de nuevos lanzamientos.
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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sostuvo que el objetivo de la operación era "eliminar la amenaza nuclear de Irán" y aseguró la continuidad de los ataques. Por su parte, el embajador de Irán ante la ONU, Amir Saeid Iravani, calificó de "barbáricas y criminales" las acciones israelíes y exigió su condena internacional, mientras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró su respaldo a Israel y advirtió a Irán sobre posibles represalias más drásticas en ausencia de acuerdos sobre el desarme nuclear.
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La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) indicó que no se detectaron aumentos de radiación en las instalaciones nucleares afectadas por los bombardeos. En el terreno, las autoridades y la defensa civil en ciudadades iraníes como Teherán e Isfahan reportaron activación de sistemas antiaéreos y explosiones asociadas a la ofensiva israelí.
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El intercambio de ataques ha elevado la tensión regional y generado severos daños en la infraestructura tanto militar como civil en diversas localidades de ambos países, mientras la comunidad internacional debate sobre las consecuencias y posibles reacciones en este conflicto.