Ciencia

La propulsión nuclear reducirá los tiempos de viaje y aumentará la carga útil, transformando la exploración del espacio profundo

La viabilidad de los sistemas de propulsión nuclear vuelve a estar en el centro del debate científico tras la presentación de un estudio en la 56ª Conferencia Lunar y Planetaria (LPSC 2025) por los directores ejecutivos indios Malaya Kumar Biswal y Ramesh Kumar, señalando su potencial para ampliar de forma sustancial el alcance y eficiencia de las misiones espaciales más allá de Marte.

Ciencia

La propulsión nuclear reducirá los tiempos de viaje y aumentará la carga útil, transformando la exploración del espacio profundo

La viabilidad de los sistemas de propulsión nuclear vuelve a estar en el centro del debate científico tras la presentación de un estudio en la 56ª Conferencia Lunar y Planetaria (LPSC 2025) por los directores ejecutivos indios Malaya Kumar Biswal y Ramesh Kumar, señalando su potencial para ampliar de forma sustancial el alcance y eficiencia de las misiones espaciales más allá de Marte.

"La propulsión nuclear puede ofrecer un rendimiento significativamente mayor y más consistente que los cohetes de combustibles químicos"

– Concluyeron los autores en el estudio presentado en LPSC 2025.

11/6/2025

Desde la década de 1950, la propulsión nuclear ha sido objeto de interés en el ámbito aeroespacial, aunque recientes desarrollos y la ampliación de metas de exploración han devuelto esta tecnología al foco de agencias internacionales y empresas del sector. En la más reciente Conferencia Lunar y Planetaria, Malaya Kumar Biswal y Ramesh Kumar, ambos al frente de compañías espaciales con sede en Bangalore, India, analizaron la viabilidad de sistemas de propulsión basados en la fisión nuclear para permitir misiones de mayor duración y mayor alcance en el sistema solar exterior.


En el estudio se detallan varias ventajas clave de estos sistemas nucleares: destacan una densidad energética notablemente superior a la de los sistemas químicos tradicionales, capacidad de funcionamiento durante décadas y la facultad de operar en ambientes donde la energía solar es inviable, como el espacio profundo o zonas en sombra persistente de cuerpos celestes. Además, la posibilidad de reducir tiempos de tránsito a destinos lejanos y transportar cargas útiles de mayor masa se considera esencial para la exploración de planetas exteriores y el cinturón de Kuiper, cuya distancia oscila entre 30 y 50 unidades astronómicas (UA) del Sol.


El estudio también ofrece referencias precisas sobre las distancias de los planetas principales en UA: Mercurio se encuentra a 0,39 UA, Venus a 0,72 UA, Marte a 1,52 UA, Júpiter a 5,20 UA, Saturno a 9,54 UA, Urano a 19,22 UA, Neptuno a 30,06 UA y Plutón a 39,5 UA.


Entre los desafíos identificados, los autores subrayan la importancia crítica del blindaje eficiente contra la radiación para proteger tanto sistemas electrónicos como potenciales tripulaciones, la necesidad de protocolos rigurosos en el manejo y contención de materiales nucleares, y la optimización de la masa del sistema para no restar capacidad a la carga científica o instrumental de las misiones. Estos retos técnicos y operativos han sido parte de la causa por la que programas pioneros como NERVA de la NASA, iniciado en las décadas de 1950 y 1960, fuesen cancelados en 1973 al enfrentarse a recortes presupuestarios.


Respecto a proyectos actuales, la NASA trabaja en el desarrollo del reactor Kilopower, un sistema compacto orientado a suministrar energía a misiones espaciales en entornos donde otras fuentes resultan inviables. Los esfuerzos buscan traducirse en la capacidad de llevar la propulsión nuclear de sistemas experimentales a aplicaciones en misiones reales, impulsando el alcance y autonomía de la exploración científica más allá de Marte.


La investigación resalta que, para materializar el potencial transformador de la propulsión nuclear, será necesario asegurar inversiones sostenidas y resolver los desafíos de seguridad, ingeniería y regulaciones. El documento subraya que el déficit de financiación ha sido históricamente el principal escollo, por lo que la voluntad institucional y el respaldo presupuestal serán determinantes para el futuro de las misiones espaciales de alcance extendido.


Las fuentes consultadas incluyen el estudio completo presentado en la LPSC 2025 y artículos especializados en medios científicos internacionales, los cuales coinciden en que la tecnología de propulsión nuclear se perfila como un agente de cambio esencial para los próximos capítulos de la exploración del sistema solar, siempre y cuando se superen los obstáculos técnicos y presupuestarios identificados.

Algo Curioso

"La propulsión nuclear puede ofrecer un rendimiento significativamente mayor y más consistente que los cohetes de combustibles químicos"

– Concluyeron los autores en el estudio presentado en LPSC 2025.

Jun 11, 2025
Colglobal News

Desde la década de 1950, la propulsión nuclear ha sido objeto de interés en el ámbito aeroespacial, aunque recientes desarrollos y la ampliación de metas de exploración han devuelto esta tecnología al foco de agencias internacionales y empresas del sector. En la más reciente Conferencia Lunar y Planetaria, Malaya Kumar Biswal y Ramesh Kumar, ambos al frente de compañías espaciales con sede en Bangalore, India, analizaron la viabilidad de sistemas de propulsión basados en la fisión nuclear para permitir misiones de mayor duración y mayor alcance en el sistema solar exterior.


En el estudio se detallan varias ventajas clave de estos sistemas nucleares: destacan una densidad energética notablemente superior a la de los sistemas químicos tradicionales, capacidad de funcionamiento durante décadas y la facultad de operar en ambientes donde la energía solar es inviable, como el espacio profundo o zonas en sombra persistente de cuerpos celestes. Además, la posibilidad de reducir tiempos de tránsito a destinos lejanos y transportar cargas útiles de mayor masa se considera esencial para la exploración de planetas exteriores y el cinturón de Kuiper, cuya distancia oscila entre 30 y 50 unidades astronómicas (UA) del Sol.


El estudio también ofrece referencias precisas sobre las distancias de los planetas principales en UA: Mercurio se encuentra a 0,39 UA, Venus a 0,72 UA, Marte a 1,52 UA, Júpiter a 5,20 UA, Saturno a 9,54 UA, Urano a 19,22 UA, Neptuno a 30,06 UA y Plutón a 39,5 UA.


Entre los desafíos identificados, los autores subrayan la importancia crítica del blindaje eficiente contra la radiación para proteger tanto sistemas electrónicos como potenciales tripulaciones, la necesidad de protocolos rigurosos en el manejo y contención de materiales nucleares, y la optimización de la masa del sistema para no restar capacidad a la carga científica o instrumental de las misiones. Estos retos técnicos y operativos han sido parte de la causa por la que programas pioneros como NERVA de la NASA, iniciado en las décadas de 1950 y 1960, fuesen cancelados en 1973 al enfrentarse a recortes presupuestarios.


Respecto a proyectos actuales, la NASA trabaja en el desarrollo del reactor Kilopower, un sistema compacto orientado a suministrar energía a misiones espaciales en entornos donde otras fuentes resultan inviables. Los esfuerzos buscan traducirse en la capacidad de llevar la propulsión nuclear de sistemas experimentales a aplicaciones en misiones reales, impulsando el alcance y autonomía de la exploración científica más allá de Marte.


La investigación resalta que, para materializar el potencial transformador de la propulsión nuclear, será necesario asegurar inversiones sostenidas y resolver los desafíos de seguridad, ingeniería y regulaciones. El documento subraya que el déficit de financiación ha sido históricamente el principal escollo, por lo que la voluntad institucional y el respaldo presupuestal serán determinantes para el futuro de las misiones espaciales de alcance extendido.


Las fuentes consultadas incluyen el estudio completo presentado en la LPSC 2025 y artículos especializados en medios científicos internacionales, los cuales coinciden en que la tecnología de propulsión nuclear se perfila como un agente de cambio esencial para los próximos capítulos de la exploración del sistema solar, siempre y cuando se superen los obstáculos técnicos y presupuestarios identificados.

Desde la década de 1950, la propulsión nuclear ha sido objeto de interés en el ámbito aeroespacial, aunque recientes desarrollos y la ampliación de metas de exploración han devuelto esta tecnología al foco de agencias internacionales y empresas del sector. En la más reciente Conferencia Lunar y Planetaria, Malaya Kumar Biswal y Ramesh Kumar, ambos al frente de compañías espaciales con sede en Bangalore, India, analizaron la viabilidad de sistemas de propulsión basados en la fisión nuclear para permitir misiones de mayor duración y mayor alcance en el sistema solar exterior.


En el estudio se detallan varias ventajas clave de estos sistemas nucleares: destacan una densidad energética notablemente superior a la de los sistemas químicos tradicionales, capacidad de funcionamiento durante décadas y la facultad de operar en ambientes donde la energía solar es inviable, como el espacio profundo o zonas en sombra persistente de cuerpos celestes. Además, la posibilidad de reducir tiempos de tránsito a destinos lejanos y transportar cargas útiles de mayor masa se considera esencial para la exploración de planetas exteriores y el cinturón de Kuiper, cuya distancia oscila entre 30 y 50 unidades astronómicas (UA) del Sol.


El estudio también ofrece referencias precisas sobre las distancias de los planetas principales en UA: Mercurio se encuentra a 0,39 UA, Venus a 0,72 UA, Marte a 1,52 UA, Júpiter a 5,20 UA, Saturno a 9,54 UA, Urano a 19,22 UA, Neptuno a 30,06 UA y Plutón a 39,5 UA.


Entre los desafíos identificados, los autores subrayan la importancia crítica del blindaje eficiente contra la radiación para proteger tanto sistemas electrónicos como potenciales tripulaciones, la necesidad de protocolos rigurosos en el manejo y contención de materiales nucleares, y la optimización de la masa del sistema para no restar capacidad a la carga científica o instrumental de las misiones. Estos retos técnicos y operativos han sido parte de la causa por la que programas pioneros como NERVA de la NASA, iniciado en las décadas de 1950 y 1960, fuesen cancelados en 1973 al enfrentarse a recortes presupuestarios.


Respecto a proyectos actuales, la NASA trabaja en el desarrollo del reactor Kilopower, un sistema compacto orientado a suministrar energía a misiones espaciales en entornos donde otras fuentes resultan inviables. Los esfuerzos buscan traducirse en la capacidad de llevar la propulsión nuclear de sistemas experimentales a aplicaciones en misiones reales, impulsando el alcance y autonomía de la exploración científica más allá de Marte.


La investigación resalta que, para materializar el potencial transformador de la propulsión nuclear, será necesario asegurar inversiones sostenidas y resolver los desafíos de seguridad, ingeniería y regulaciones. El documento subraya que el déficit de financiación ha sido históricamente el principal escollo, por lo que la voluntad institucional y el respaldo presupuestal serán determinantes para el futuro de las misiones espaciales de alcance extendido.


Las fuentes consultadas incluyen el estudio completo presentado en la LPSC 2025 y artículos especializados en medios científicos internacionales, los cuales coinciden en que la tecnología de propulsión nuclear se perfila como un agente de cambio esencial para los próximos capítulos de la exploración del sistema solar, siempre y cuando se superen los obstáculos técnicos y presupuestarios identificados.

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