Un equipo compuesto por científicos de la Universidad Fudan, el Instituto de Física Técnica de Shanghái, la Universidad de Correos y Telecomunicaciones de Pekín y el Laboratorio de Shaoxin desarrolló una prótesis retinal fabricada con nanowires de telurio, un material semiconductor capaz de convertir energía luminosa directamente en señales eléctricas sin requerir fuentes de alimentación externas. Los nanowires se entrelazaron para formar una malla que, al implantarse en la parte posterior del ojo, transmite señales al nervio óptico.
En el estudio, los implantes se probaron en modelos de ratones con ceguera inducida por bioingeniería. Los resultados incluyeron la restauración de reflejos pupilares, el regreso de la actividad neuronal en el córtex visual—ausente en los controles—y la capacidad de los animales para orientarse hacia una fuente de luz LED y responder a pruebas de reconocimiento de patrones. Los ratones tratados con la prótesis mostraron un desempeño prácticamente equivalente al de ratones normales en estas pruebas cognitivas visuales.
La investigación incluyó también pruebas en primates. Al implantar la prótesis en un macaco ciego, los científicos comprobaron su seguridad y biocompatibilidad sin reportar efectos adversos. Además, en un macaco con visión normal, la presencia del implante incrementó la sensibilidad ocular a la luz infrarroja, una característica adicional que podría tener aplicaciones en la mejora del contraste cromático y la visión nocturna en humanos.
El estudio principal, titulado "La nanoprótesis retiniana de nanohilos de telurio mejora la visión en modelos de ceguera", fue publicado en Science, acompañado por un artículo de perspectiva a cargo de Eduardo Fernández, catedrático de la Universidad Miguel Hernández. La investigación representa un avance relevante en tecnologías de visión artificial e ilustra la utilidad de los nanowires de telurio, al permitir no solo la restauración de la función visual sino también ampliar las capacidades perceptivas al espectro infrarrojo.