El 1 de enero de 2025, Tahlequah, una orca perteneciente a la población de orcas residentes del sur y conocida como J35, fue avistada empujando el cuerpo inerte de su cría, identificada como J61, en el estrecho de Puget, frente a la costa de Washington. La cría había sido vista por primera vez el 20 de diciembre de 2024 y fue confirmada muerta para la víspera de Año Nuevo. Este evento trágico recuerda un comportamiento similar de Tahlequah en 2018, cuando recorrió más de 1,600 kilómetros durante 17 días cargando el cadáver de otra cría.
La cría fallecida, J61, pesaba aproximadamente 136 kilogramos (300 libras). Tahlequah ha sido observada empujando constantemente el cuerpo de J61, evitando que sea arrastrado por las corrientes oceánicas. Este comportamiento, conocido como comportamiento epimelético, es característico de mamíferos sociales y ha sido documentado en especies como elefantes y primates.

La población de orcas residentes del sur enfrenta un grave riesgo de extinción, con solo 75 individuos restantes. Esta cifra representa una disminución significativa desde los 98 individuos registrados en la década de 1990. La alta mortalidad perinatal es un factor crítico, con aproximadamente el 70% de los embarazos resultando en abortos espontáneos o muertes tempranas.
Diversos factores influyen en esta situación, incluidos la endogamia, la contaminación, el ruido de las embarcaciones y la escasez de salmón chinook, que constituye la fuente principal de alimento de estas orcas. La drástica reducción de esta especie de salmón ha exacerbado las dificultades para la supervivencia de las orcas residentes del sur.

El comportamiento epimelético presenta riesgos significativos para el bienestar de Tahlequah. Cargar el cadáver de su cría podría impedirle alimentarse y descansar adecuadamente, necesidades cruciales dada la situación vulnerable de su población. En 2018, Tahlequah exhibió este comportamiento durante 17 días, lo que generó preocupaciones sobre el impacto físico y emocional en su salud a largo plazo.
Además de J61, Tahlequah es madre de otros dos ejemplares: J47, que tiene aproximadamente 14 años, y J57, nacido dos años después de su pérdida en 2018. El bienestar de estos miembros familiares también podría verse afectado por el estado de su madre.
La comunidad científica y los expertos en vida marina están monitoreando de cerca la situación de Tahlequah, preocupados por las implicaciones de este comportamiento prolongado.