Ciencia

Una Escalofriante Fotografía Histórica Captura el Impacto Mortal de los Humanos

Una imagen histórica de una montaña de cráneos de bisontes tomada en 1892 en Michigan Carbon Works, Rougeville, ilustra el dramático exterminio de estos animales en América del Norte debido a la colonización y la caza indiscriminada.

Ciencia

Una Escalofriante Fotografía Histórica Captura el Impacto Mortal de los Humanos

Una imagen histórica de una montaña de cráneos de bisontes tomada en 1892 en Michigan Carbon Works, Rougeville, ilustra el dramático exterminio de estos animales en América del Norte debido a la colonización y la caza indiscriminada.

“Esta imagen no solo nos muestra una parte del pasado, sino que también nos recuerda la responsabilidad que tenemos de preservar la vida silvestre”

- Declaró un conservacionista anónimo.

14/12/2024

La emblemática fotografía de una montaña de cráneos de bisontes, capturada en 1892 en Michigan Carbon Works, Rougeville, se ha convertido en un símbolo impactante de la devastación causada al bisonte americano a finales del siglo XIX. A finales del siglo XVIII, se estimaba que la población de bisontes en América del Norte oscilaba entre 30 y 60 millones de individuos. Sin embargo, debido a la intensa colonización del Oeste y la llegada masiva de cazadores en busca de pieles y huesos, esta cifra se redujo drásticamente.

Entre 1850 y finales de 1870, la caza intensiva casi llevó a la extinción al bisonte, con la mayoría de las manadas eliminadas en este período. Los cazadores no solo perseguían a los bisontes por deporte, sino que sus cráneos y demás partes del cuerpo se convirtieron en productos comerciales. Estos cráneos eran recolectados y enviados para su procesamiento en fábricas, produciendo fertilizantes, pegamento y porcelana de hueso, entre otros artículos.

Para el año en que se tomó la fotografía, la población de bisontes salvajes había caído a tan solo 456 ejemplares. La imagen no solo documenta la magnitud de esta exterminación, sino que también subraya la mercantilización de la vida silvestre. La fotografía ha sido ampliamente utilizada en publicaciones dedicadas a la conservación, en documentales e incluso en protestas, sirviendo como un recordatorio visual del impacto negativo de las acciones humanas en el medio ambiente.

La relación entre las naciones indígenas y los bisontes era fundamental, ya que estos animales proveían alimento, ropa y materiales para la vida diaria y eran esenciales en su cultura y espiritualidad. La casi extinción de los bisontes también significó la destrucción de estas profundas relaciones culturales y ecológicas.

En la actualidad, gracias a los esfuerzos de conservación, la población de bisontes salvajes ha aumentado a aproximadamente 31,000 ejemplares en manadas protegidas en América del Norte. A pesar de este progreso, la especie sigue siendo clasificada como "casi amenazada" en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, lo que indica que se necesitan medidas de protección adicionales para asegurar su supervivencia a largo plazo. El uso de cráneos de bisontes para fabricar porcelana de hueso es poco conocido, pero este material se usaba comúnmente en la producción de vajillas finas debido a su durabilidad y apariencia translúcida.

Algo Curioso

“Esta imagen no solo nos muestra una parte del pasado, sino que también nos recuerda la responsabilidad que tenemos de preservar la vida silvestre”

- Declaró un conservacionista anónimo.

Dec 14, 2024
Colglobal News

La emblemática fotografía de una montaña de cráneos de bisontes, capturada en 1892 en Michigan Carbon Works, Rougeville, se ha convertido en un símbolo impactante de la devastación causada al bisonte americano a finales del siglo XIX. A finales del siglo XVIII, se estimaba que la población de bisontes en América del Norte oscilaba entre 30 y 60 millones de individuos. Sin embargo, debido a la intensa colonización del Oeste y la llegada masiva de cazadores en busca de pieles y huesos, esta cifra se redujo drásticamente.

Entre 1850 y finales de 1870, la caza intensiva casi llevó a la extinción al bisonte, con la mayoría de las manadas eliminadas en este período. Los cazadores no solo perseguían a los bisontes por deporte, sino que sus cráneos y demás partes del cuerpo se convirtieron en productos comerciales. Estos cráneos eran recolectados y enviados para su procesamiento en fábricas, produciendo fertilizantes, pegamento y porcelana de hueso, entre otros artículos.

Para el año en que se tomó la fotografía, la población de bisontes salvajes había caído a tan solo 456 ejemplares. La imagen no solo documenta la magnitud de esta exterminación, sino que también subraya la mercantilización de la vida silvestre. La fotografía ha sido ampliamente utilizada en publicaciones dedicadas a la conservación, en documentales e incluso en protestas, sirviendo como un recordatorio visual del impacto negativo de las acciones humanas en el medio ambiente.

La relación entre las naciones indígenas y los bisontes era fundamental, ya que estos animales proveían alimento, ropa y materiales para la vida diaria y eran esenciales en su cultura y espiritualidad. La casi extinción de los bisontes también significó la destrucción de estas profundas relaciones culturales y ecológicas.

En la actualidad, gracias a los esfuerzos de conservación, la población de bisontes salvajes ha aumentado a aproximadamente 31,000 ejemplares en manadas protegidas en América del Norte. A pesar de este progreso, la especie sigue siendo clasificada como "casi amenazada" en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, lo que indica que se necesitan medidas de protección adicionales para asegurar su supervivencia a largo plazo. El uso de cráneos de bisontes para fabricar porcelana de hueso es poco conocido, pero este material se usaba comúnmente en la producción de vajillas finas debido a su durabilidad y apariencia translúcida.

La emblemática fotografía de una montaña de cráneos de bisontes, capturada en 1892 en Michigan Carbon Works, Rougeville, se ha convertido en un símbolo impactante de la devastación causada al bisonte americano a finales del siglo XIX. A finales del siglo XVIII, se estimaba que la población de bisontes en América del Norte oscilaba entre 30 y 60 millones de individuos. Sin embargo, debido a la intensa colonización del Oeste y la llegada masiva de cazadores en busca de pieles y huesos, esta cifra se redujo drásticamente.

Entre 1850 y finales de 1870, la caza intensiva casi llevó a la extinción al bisonte, con la mayoría de las manadas eliminadas en este período. Los cazadores no solo perseguían a los bisontes por deporte, sino que sus cráneos y demás partes del cuerpo se convirtieron en productos comerciales. Estos cráneos eran recolectados y enviados para su procesamiento en fábricas, produciendo fertilizantes, pegamento y porcelana de hueso, entre otros artículos.

Para el año en que se tomó la fotografía, la población de bisontes salvajes había caído a tan solo 456 ejemplares. La imagen no solo documenta la magnitud de esta exterminación, sino que también subraya la mercantilización de la vida silvestre. La fotografía ha sido ampliamente utilizada en publicaciones dedicadas a la conservación, en documentales e incluso en protestas, sirviendo como un recordatorio visual del impacto negativo de las acciones humanas en el medio ambiente.

La relación entre las naciones indígenas y los bisontes era fundamental, ya que estos animales proveían alimento, ropa y materiales para la vida diaria y eran esenciales en su cultura y espiritualidad. La casi extinción de los bisontes también significó la destrucción de estas profundas relaciones culturales y ecológicas.

En la actualidad, gracias a los esfuerzos de conservación, la población de bisontes salvajes ha aumentado a aproximadamente 31,000 ejemplares en manadas protegidas en América del Norte. A pesar de este progreso, la especie sigue siendo clasificada como "casi amenazada" en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, lo que indica que se necesitan medidas de protección adicionales para asegurar su supervivencia a largo plazo. El uso de cráneos de bisontes para fabricar porcelana de hueso es poco conocido, pero este material se usaba comúnmente en la producción de vajillas finas debido a su durabilidad y apariencia translúcida.

Algo Curioso

PODRÍA INTERESARTE
 

No tienes acceso

Necesitas una membresía para acceder al contenido de este sitio.
Por favor Regístrate o Ingresa