Mundo

190 Kilómetros de Bosque Ruso No Impidieron que Estos Tigres se Encontraran Tras Ser Separados para Distribuirse

En las vastas extensiones de los bosques rusos, dos tigres de Amur, Boris y Svetlaya, vivieron una historia inesperada de reencuentro. Criados en cautiverio y liberados por separado, Boris recorrió más de 190 kilómetros para reunirse con Svetlaya, demostrando el poder de los lazos naturales incluso en la naturaleza más salvaje.

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190 Kilómetros de Bosque Ruso No Impidieron que Estos Tigres se Encontraran Tras Ser Separados para Distribuirse

En las vastas extensiones de los bosques rusos, dos tigres de Amur, Boris y Svetlaya, vivieron una historia inesperada de reencuentro. Criados en cautiverio y liberados por separado, Boris recorrió más de 190 kilómetros para reunirse con Svetlaya, demostrando el poder de los lazos naturales incluso en la naturaleza más salvaje.

La naturaleza siempre encuentra su camino, incluso cuando el destino parece distante.

12/12/2024

En 2014, científicos rusos liberaron a Boris y Svetlaya, dos cachorros huérfanos de tigre de Amur, con el objetivo de fortalecer la población de esta especie en peligro de extinción. Ambos tigres fueron rescatados en las montañas Sikhote-Alin, en el extremo este de Rusia, y, tras ser criados en cautiverio, fueron reintroducidos a la naturaleza a los 18 meses de edad. Sin embargo, el destino les tenía preparada una sorpresa que desconcertó a los investigadores.

Los tigres fueron liberados a más de 100 millas de distancia, con la intención de maximizar la distribución de los felinos. Sin embargo, un año después, los científicos se sorprendieron al ver que Boris había recorrido más de 190 kilómetros, en línea recta, hasta el lugar donde Svetlaya había construido su hogar. Este sorprendente viaje de Boris fue una revelación inesperada para los conservacionistas que monitoreaban su progreso.

Seis meses después, Svetlaya dio a luz a una camada de cachorros, lo que significó un hito en los esfuerzos por salvar a los tigres de Amur. Esta historia de amor improbable no solo destaca el instinto natural de los tigres, sino también el éxito de la reintroducción de especies en su hábitat natural.

Los tigres de Amur Boris y Svetlaya, observados por una cámara de rastreo en 2018

El proyecto de conservación, liderado por la Wildlife Conservation Society (WCS), ha demostrado que es posible criar tigres huérfanos en cautiverio, enseñarles a cazar y devolverlos a su entorno natural, sin que pierdan sus habilidades de supervivencia. Según un estudio reciente publicado en el Journal of Wildlife Management, la liberación exitosa de Boris y Svetlaya podría ser un modelo para la restauración de los tigres en su área de distribución histórica.

Los tigres de Amur, también conocidos como tigres siberianos, son el felino más grande del mundo y están catalogados como en peligro de extinción. Actualmente, se estima que existen entre 485 y 750 tigres en Rusia, pero los investigadores sostienen que el área fronteriza entre Rusia y China, incluida la zona de Pri-Amur, podría albergar a cientos más.

Este no fue el único éxito del proyecto. Otros tigres, como Zolushka, una hembra que fue rescatada por cazadores y liberada en la misma región, también tuvieron un encuentro afortunado. Un tigre macho desconocido apareció cerca de la zona donde Zolushka fue liberada, y juntos tuvieron una camada de cachorros, los primeros nacidos en esa región desde la década de 1970.

En total, los científicos rusos han criado en cautiverio a 13 cachorros de tigre siberiano huérfanos, evitando que tuvieran contacto con los humanos para asegurar que pudieran adaptarse a la vida salvaje. También se les introdujo gradualmente a la caza de presas vivas, un componente esencial para su supervivencia. A pesar de algunos fracasos, como el caso de un macho que cazó animales domésticos en China, los tigres que sobrevivieron han demostrado ser capaces de cazar en la naturaleza y prosperar.

Con la creciente población de tigres en la región de Pri-Amur, los científicos esperan que los esfuerzos de conservación puedan continuar expandiéndose y que otros tigres, incluso del lado chino de la frontera, se unan a la recuperación de la especie. Este éxito abre una vía importante para la recolonización de hábitats que anteriormente eran hogar de tigres, y ofrece un rayo de esperanza para la preservación de esta majestuosa especie.

"Estos resultados indican que es posible cuidar a los cachorros en un entorno de semicautiverio, enseñarles a cazar y liberarlos en la naturaleza", comentó Viatcheslav V. Rozhnov, ex director del Instituto Severtsov de Ecología y Evolución de la Academia Rusa de Ciencias y líder del proyecto de reintroducción.

El éxito de esta iniciativa también subraya la importancia de la cooperación internacional en la conservación de especies. "Es un testimonio de cómo pueden suceder cosas realmente buenas cuando se empieza a trabajar en colaboración, independientemente de la nacionalidad y la política", agregó el Dr. Dale Miquelle, científico principal de tigres de la WCS.

Algo Curioso

La naturaleza siempre encuentra su camino, incluso cuando el destino parece distante.

Dec 12, 2024
Colglobal News

En 2014, científicos rusos liberaron a Boris y Svetlaya, dos cachorros huérfanos de tigre de Amur, con el objetivo de fortalecer la población de esta especie en peligro de extinción. Ambos tigres fueron rescatados en las montañas Sikhote-Alin, en el extremo este de Rusia, y, tras ser criados en cautiverio, fueron reintroducidos a la naturaleza a los 18 meses de edad. Sin embargo, el destino les tenía preparada una sorpresa que desconcertó a los investigadores.

Los tigres fueron liberados a más de 100 millas de distancia, con la intención de maximizar la distribución de los felinos. Sin embargo, un año después, los científicos se sorprendieron al ver que Boris había recorrido más de 190 kilómetros, en línea recta, hasta el lugar donde Svetlaya había construido su hogar. Este sorprendente viaje de Boris fue una revelación inesperada para los conservacionistas que monitoreaban su progreso.

Seis meses después, Svetlaya dio a luz a una camada de cachorros, lo que significó un hito en los esfuerzos por salvar a los tigres de Amur. Esta historia de amor improbable no solo destaca el instinto natural de los tigres, sino también el éxito de la reintroducción de especies en su hábitat natural.

Los tigres de Amur Boris y Svetlaya, observados por una cámara de rastreo en 2018

El proyecto de conservación, liderado por la Wildlife Conservation Society (WCS), ha demostrado que es posible criar tigres huérfanos en cautiverio, enseñarles a cazar y devolverlos a su entorno natural, sin que pierdan sus habilidades de supervivencia. Según un estudio reciente publicado en el Journal of Wildlife Management, la liberación exitosa de Boris y Svetlaya podría ser un modelo para la restauración de los tigres en su área de distribución histórica.

Los tigres de Amur, también conocidos como tigres siberianos, son el felino más grande del mundo y están catalogados como en peligro de extinción. Actualmente, se estima que existen entre 485 y 750 tigres en Rusia, pero los investigadores sostienen que el área fronteriza entre Rusia y China, incluida la zona de Pri-Amur, podría albergar a cientos más.

Este no fue el único éxito del proyecto. Otros tigres, como Zolushka, una hembra que fue rescatada por cazadores y liberada en la misma región, también tuvieron un encuentro afortunado. Un tigre macho desconocido apareció cerca de la zona donde Zolushka fue liberada, y juntos tuvieron una camada de cachorros, los primeros nacidos en esa región desde la década de 1970.

En total, los científicos rusos han criado en cautiverio a 13 cachorros de tigre siberiano huérfanos, evitando que tuvieran contacto con los humanos para asegurar que pudieran adaptarse a la vida salvaje. También se les introdujo gradualmente a la caza de presas vivas, un componente esencial para su supervivencia. A pesar de algunos fracasos, como el caso de un macho que cazó animales domésticos en China, los tigres que sobrevivieron han demostrado ser capaces de cazar en la naturaleza y prosperar.

Con la creciente población de tigres en la región de Pri-Amur, los científicos esperan que los esfuerzos de conservación puedan continuar expandiéndose y que otros tigres, incluso del lado chino de la frontera, se unan a la recuperación de la especie. Este éxito abre una vía importante para la recolonización de hábitats que anteriormente eran hogar de tigres, y ofrece un rayo de esperanza para la preservación de esta majestuosa especie.

"Estos resultados indican que es posible cuidar a los cachorros en un entorno de semicautiverio, enseñarles a cazar y liberarlos en la naturaleza", comentó Viatcheslav V. Rozhnov, ex director del Instituto Severtsov de Ecología y Evolución de la Academia Rusa de Ciencias y líder del proyecto de reintroducción.

El éxito de esta iniciativa también subraya la importancia de la cooperación internacional en la conservación de especies. "Es un testimonio de cómo pueden suceder cosas realmente buenas cuando se empieza a trabajar en colaboración, independientemente de la nacionalidad y la política", agregó el Dr. Dale Miquelle, científico principal de tigres de la WCS.

En 2014, científicos rusos liberaron a Boris y Svetlaya, dos cachorros huérfanos de tigre de Amur, con el objetivo de fortalecer la población de esta especie en peligro de extinción. Ambos tigres fueron rescatados en las montañas Sikhote-Alin, en el extremo este de Rusia, y, tras ser criados en cautiverio, fueron reintroducidos a la naturaleza a los 18 meses de edad. Sin embargo, el destino les tenía preparada una sorpresa que desconcertó a los investigadores.

Los tigres fueron liberados a más de 100 millas de distancia, con la intención de maximizar la distribución de los felinos. Sin embargo, un año después, los científicos se sorprendieron al ver que Boris había recorrido más de 190 kilómetros, en línea recta, hasta el lugar donde Svetlaya había construido su hogar. Este sorprendente viaje de Boris fue una revelación inesperada para los conservacionistas que monitoreaban su progreso.

Seis meses después, Svetlaya dio a luz a una camada de cachorros, lo que significó un hito en los esfuerzos por salvar a los tigres de Amur. Esta historia de amor improbable no solo destaca el instinto natural de los tigres, sino también el éxito de la reintroducción de especies en su hábitat natural.

Los tigres de Amur Boris y Svetlaya, observados por una cámara de rastreo en 2018

El proyecto de conservación, liderado por la Wildlife Conservation Society (WCS), ha demostrado que es posible criar tigres huérfanos en cautiverio, enseñarles a cazar y devolverlos a su entorno natural, sin que pierdan sus habilidades de supervivencia. Según un estudio reciente publicado en el Journal of Wildlife Management, la liberación exitosa de Boris y Svetlaya podría ser un modelo para la restauración de los tigres en su área de distribución histórica.

Los tigres de Amur, también conocidos como tigres siberianos, son el felino más grande del mundo y están catalogados como en peligro de extinción. Actualmente, se estima que existen entre 485 y 750 tigres en Rusia, pero los investigadores sostienen que el área fronteriza entre Rusia y China, incluida la zona de Pri-Amur, podría albergar a cientos más.

Este no fue el único éxito del proyecto. Otros tigres, como Zolushka, una hembra que fue rescatada por cazadores y liberada en la misma región, también tuvieron un encuentro afortunado. Un tigre macho desconocido apareció cerca de la zona donde Zolushka fue liberada, y juntos tuvieron una camada de cachorros, los primeros nacidos en esa región desde la década de 1970.

En total, los científicos rusos han criado en cautiverio a 13 cachorros de tigre siberiano huérfanos, evitando que tuvieran contacto con los humanos para asegurar que pudieran adaptarse a la vida salvaje. También se les introdujo gradualmente a la caza de presas vivas, un componente esencial para su supervivencia. A pesar de algunos fracasos, como el caso de un macho que cazó animales domésticos en China, los tigres que sobrevivieron han demostrado ser capaces de cazar en la naturaleza y prosperar.

Con la creciente población de tigres en la región de Pri-Amur, los científicos esperan que los esfuerzos de conservación puedan continuar expandiéndose y que otros tigres, incluso del lado chino de la frontera, se unan a la recuperación de la especie. Este éxito abre una vía importante para la recolonización de hábitats que anteriormente eran hogar de tigres, y ofrece un rayo de esperanza para la preservación de esta majestuosa especie.

"Estos resultados indican que es posible cuidar a los cachorros en un entorno de semicautiverio, enseñarles a cazar y liberarlos en la naturaleza", comentó Viatcheslav V. Rozhnov, ex director del Instituto Severtsov de Ecología y Evolución de la Academia Rusa de Ciencias y líder del proyecto de reintroducción.

El éxito de esta iniciativa también subraya la importancia de la cooperación internacional en la conservación de especies. "Es un testimonio de cómo pueden suceder cosas realmente buenas cuando se empieza a trabajar en colaboración, independientemente de la nacionalidad y la política", agregó el Dr. Dale Miquelle, científico principal de tigres de la WCS.

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