Durante los días 24 y 25 de julio de 2025, la frontera disputada entre Tailandia y Camboya experimentó una nueva ola de enfrentamientos armados. Según reportes oficiales, las hostilidades comenzaron a las 4:30 a.m. del 24 de julio, cuando fuerzas camboyanas abrieron fuego utilizando armamento ligero y pesado. A raíz de este ataque, el ejército tailandés respondió con artillería y ejecutó incursiones aéreas utilizando cazas F-16 en la provincia camboyana de Preah Vihear.
El conflicto ha resultado en al menos 14 muertos en Tailandia, en su mayoría civiles, y 12 en Camboya, cifra en la que se incluye a un soldado. Las autoridades han reportado 35 heridos en territorio tailandés y al menos 5 en suelo camboyano. Adicionalmente, los enfrentamientos han generado el desplazamiento de más de 4,000 residentes camboyanos, quienes han huido de sus hogares ante la intensidad de los combates.
En respuesta a los ataques iniciales, la Fuerza Aérea de Tailandia ejecutó bombardeos selectivos sobre infraestructuras consideradas objetivos militares. El Ministerio de Defensa de Camboya confirmó que los cazas tailandeses bombardearon una carretera cercana al templo de Preah Vihear, zona de recurrente tensión histórica. Paralelamente, el ejército tailandés llevó a cabo operaciones de desminado y recuperó cuerpos en el distrito de Kantharalak, afectado por disparos de cohetes originados desde Camboya.
La crisis ha generado amplias reacciones internacionales. Estados Unidos, Japón y otros miembros destacados de la comunidad internacional han exhortado a ambas partes a abstenerse de nuevas acciones militares y buscar mecanismos de diálogo. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) enfrenta presión creciente para mediar y facilitar negociaciones bilaterales.
Desde el inicio de los enfrentamientos, Tailandia ha ordenado el cierre total de la frontera terrestre con Camboya e instruyó la evacuación de sus nacionales en territorio camboyano. En tanto, las autoridades camboyanas han confirmado la continuidad de los intercambios armados y han señalado que la situación en el área fronteriza permanece extremadamente tensa.
El actual repunte del conflicto tiene su origen en un ambiente de hostilidad persistente desde mayo de este año, tras la muerte de un soldado camboyano en un enfrentamiento previo. La gravedad de los sucesos recientes y el elevado número de víctimas subrayan la urgencia de una intervención coordinada de la comunidad internacional y la región para evitar un escalamiento mayor del conflicto armado entre ambas naciones.