El presidente de Francia, Emmanuel Macron, comunicó la noche del jueves que Francia reconocerá a Palestina como Estado independiente. La declaración, realizada a través de la red social X, se formalizará en septiembre de 2025 durante la Asamblea General de las Naciones Unidas que tendrá lugar en Nueva York. Macron argumentó que esta decisión responde al compromiso histórico de Francia con una solución “justa y duradera en Medio Oriente”, mientras aumenta la indignación internacional por la duración de la ofensiva militar israelí en Gaza y la escalada de la crisis humanitaria en la región.
Francia será el primer país miembro del Grupo de los Siete (G7), integrado además por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Alemania, Japón e Italia, en otorgar este reconocimiento a Palestina. La medida podría tensar las relaciones con el gobierno de Donald Trump, firme aliado de Israel y activo en sus gestiones para resolver el conflicto en Gaza.
El anuncio generó una airada reacción del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien expresó en un comunicado: "Condenamos enérgicamente la decisión de Macron de reconocer un Estado palestino junto a Tel Aviv después de la masacre del 7 de octubre" de 2023. Netanyahu advirtió que un Estado palestino podría transformarse en "una plataforma de lanzamiento para aniquilar a Israel" y reiteró que la decisión de París, en su opinión, recompensa el terrorismo de Hamás. Israel ha acusado también a Macron de encabezar "una cruzada contra el Estado judío", agudizando la tensión bilateral.
Esta determinación francesa se produjo el mismo día en que las delegaciones de Estados Unidos e Israel se retiraron de las negociaciones de alto al fuego en Catar, señalando a Hamás por falta de buena fe en el proceso.
Hala Abou-Hassira, embajadora palestina en Francia, dio la bienvenida a la decisión de Macron, señalando que París “es fiel a su historia, a sus políticas y al derecho internacional”. Subrayó además que el mensaje a Israel y Estados Unidos es claro: no se pueden seguir estableciendo hechos consumados que imposibiliten la solución de dos Estados.
Estados europeos como España, Irlanda y Noruega reconocieron a Palestina durante 2024, sin embargo, el reconocimiento francés tiene especial repercusión. Francia cuenta con la mayor población judía y musulmana de Europa Occidental y es la única potencia nuclear y el único miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU dentro de la Unión Europea.
Macron ha expresado en repetidas ocasiones su frustración ante la negativa de Netanyahu a poner fin a la guerra y frente a la devastación en Gaza, donde decenas de miles de personas han muerto y grandes extensiones han quedado destruidas. Además, el mandatario francés y otros líderes internacionales han manifestado su preocupación ante la ausencia de un plan israelí para la administración futura, la seguridad y la reconstrucción de Gaza.
En el plano demográfico, actualmente más de 500.000 colonos israelíes residen en la Cisjordania ocupada, y su número continúa en expansión, lo que afecta directamente el territorio considerado como base para un futuro Estado palestino. Entre tanto, líderes radicales del gobierno israelí han sugerido públicamente que la población palestina debería abandonar Gaza. Netanyahu, cuya carrera ha estado marcada por la oposición a la creación de un Estado palestino, ha encontrado respaldo doméstico desde el ataque de Hamás del 7 de octubre.
Con Donald Trump poco dispuesto a presionar a Israel para un cese al fuego, y la relación entre París y Washington marcada por fricciones en temas como Ucrania, aranceles y desacuerdos personales, Macron habría optado por distanciarse de Estados Unidos y sostener una posición europea diferenciada sobre Oriente Medio. Pese a los deseos de Francia, no se ha confirmado si otros miembros del G7 seguirán esta iniciativa ni cuál es el territorio específico que París reconocerá como parte del Estado palestino.
El investigador Aaron David Miller, de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, catalogó la decisión como “un símbolo poderoso” sin efectos concretos inmediatos en la situación sobre el terreno.
En una carta publicada simultáneamente al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, Macron enfatizó la urgencia de buscar “la única solución viable que honre las legítimas aspiraciones del pueblo palestino, que ponga fin al terrorismo y la violencia en todas sus formas, y que permita a Israel y a todos los países de la región vivir en paz y seguridad”. Abás, por su parte, se comprometió en el último mes a exigir a Hamás la entrega de armas, la liberación de rehenes y la evacuación de Gaza, así como a implementar elecciones y reformas en la Autoridad Palestina, aunque tales compromisos han quedado pendientes en el pasado.
Macron expresó su atención prioritaria al establecimiento de un alto el fuego en Gaza, la liberación de los rehenes que Hamás retiene y el desarme de la organización, así como a la consolidación de la Autoridad Palestina en los territorios bajo su administración.
Una conferencia sobre la paz con dos Estados que debía celebrarse próximamente en la ONU bajo presidencia de Francia y Arabia Saudita, fue relegada tras la ausencia de Macron y el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, así como por la falta de una nueva fecha tras posponerse en junio por los enfrentamientos entre Israel e Irán. La oposición del presidente Trump a la conferencia contribuyó a la incertidumbre sobre su realización.
El anuncio francés se da en un contexto donde la mayoría de países en el mundo reconoce a Palestina, con la salvedad de Estados Unidos y la mayoría de sus principales aliados. La decisión de Macron suma un nuevo capítulo en un entorno de diplomacia internacional marcado por tensiones, iniciativas unilaterales y una guerra en Gaza cuya resolución parece cada vez más incierta.