Colin Deveraux, un granjero de 64 años, vivió una experiencia aterradora cuando un cocodrilo de gran tamaño lo atacó mientras reparaba cercas en una zona remota del Territorio del Norte en Australia. El incidente ocurrió cerca de un billabong, un charco grande en el Outback australiano, donde el cocodrilo lo sorprendió, atrapando su pie con sus mandíbulas y arrastrándolo hacia el agua.
Deveraux describió el momento del ataque como un evento repentino y violento. El cocodrilo, que medía aproximadamente 3 metros de largo, lo agarró con fuerza y comenzó a sacudirlo. En un acto de desesperación y valentía, Deveraux logró morder el párpado del cocodrilo, una acción que sorprendentemente llevó al animal a soltarlo, permitiéndole escapar.
El granjero sufrió heridas significativas en el pie, pero logró sobrevivir al ataque. Tras el incidente, fue trasladado al hospital para recibir tratamiento médico. Su historia se ha difundido rápidamente, destacando tanto la peligrosidad de los cocodrilos en regiones remotas de Australia como el instinto de supervivencia humano en situaciones extremas.
El ataque de Deveraux pone de relieve los riesgos que enfrentan las personas que trabajan o viven cerca de hábitats de cocodrilos en Australia. Estos encuentros, aunque raros, pueden ser mortales y requieren una rápida respuesta y presencia de ánimo para sobrevivir.