El 27 de julio de 2024, Gaza y Líbano se convirtieron en escenarios de intensos ataques aéreos israelíes, resultando en la muerte de al menos 78 personas y aproximadamente 289 heridos. En Gaza, los ataques dejaron un saldo fatal considerable, incluyendo un bombardeo sobre la escuela Khadija en Deir al-Balah, donde miles de personas se habían refugiado, cobrándose la vida de 30 personas en ese singular ataque, según funcionarios del ministerio de salud palestino. Los heridos fueron llevados al hospital Aqsa, mientras imágenes mostraban a familias transportando a niños heridos para recibir atención médica y se buscaban restos en las aulas destruidas.
Además de los ataques en Gaza, un ataque con dron israelí en el campo de refugiados de Balata, cerca de Nablus, dejó un muerto, después de que un soldado israelí resultara herido en un control cercano. También se informaron ataques aéreos en la localidad libanesa de Kafr Kila, resultando en la muerte de cuatro personas, mientras que militantes en Líbano respondieron con un bombardeo de cohetes hacia Israel.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) afirmaron que el ataque sobre la escuela Khadija se debió a que el área era utilizada como un “complejo de mando y control” por militantes de Hamas, y aseguraron que se tomaron medidas para reducir el daño a civiles, utilizando armas de precisión.
En Khan Younis, otro ataque aéreo dejó al menos 23 muertos y 89 heridos. Las Fuerzas de Defensa de Israel instaron a los palestinos en el sur de Khan Younis a evacuar temporalmente hacia una zona humanitaria en al-Mawasi, donde cientos de miles ya se habían refugiado.
La Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA) estimó que más del 80% de la Franja de Gaza está bajo órdenes de evacuación o designada como zona de no acceso. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) calificó las órdenes de evacuación como “confusas,” indicando que fueron emitidas sin proporcionar el tiempo suficiente para que los civiles comprendieran de dónde debían ir o hacia dónde debían huir.
Estos eventos han exacerbado la crisis humanitaria en Gaza y los territorios circundantes, mientras la comunidad internacional expresa preocupaciones por la seguridad de los civiles atrapados en la escalada del conflicto. Las acciones bélicas y las consecuentes evacuaciones forzadas requieren de atención inmediata y soluciones diplomáticas para evitar mayores tragedias. La Franja de Gaza ha sido una zona de conflicto recurrente durante décadas, siendo hogar de alrededor de 2 millones de personas en una de las densidades poblacionales más altas del mundo.