Un informe del Grantham Research Institute sobre el Cambio Climático y el Medio Ambiente ha evidenciado un rápido aumento en el número de demandas relacionadas con el cambio climático contra empresas en todo el mundo. Desde 2015, se han registrado cerca de 230 demandas alineadas con el clima contra corporaciones y asociaciones comerciales, siendo dos tercios de ellas iniciadas desde 2020.
En el año 2023, se destacaron más de 30 casos basados en el principio de "el contaminador paga", donde las empresas fueron responsabilizadas por el daño climático causado por altas emisiones de gases de efecto invernadero. Además, se presentaron seis casos de "cerrar los grifos" que desafían el flujo de financiamiento hacia áreas que obstaculizan los objetivos climáticos.
Geográficamente, Estados Unidos lideró con 129 casos presentados en 2023, seguido por el Reino Unido con 24 casos y Brasil con 10. Es notable que, por primera vez, se presentaron casos de litigios climáticos en Panamá y Portugal ese mismo año. Este fenómeno ha elevado a 55 el número de países que han registrado casos climáticos, con un incremento en el sur global, que ahora representa aproximadamente el 8% de los casos totales.
Aunque la mayoría de los litigios climáticos se dirigen principalmente contra gobiernos, las demandas contra empresas están en aumento. Sin embargo, existe un notable desequilibrio entre Estados Unidos y el resto del mundo. Fuera de EE. UU., el 40% de los casos involucró a empresas, mientras que en EE. UU. solo el 15% de las demandas fueron dirigidas contra corporaciones.
Las demandas han demostrado tener cierto éxito en cambiar el comportamiento corporativo. Empresas como Shell, la aerolínea holandesa KLM y la compañía petrolera australiana Santos han sido blanco de numerosos desafíos legales en el sector privado. Un estudio de la London School of Economics and Political Science indica que las demandas o decisiones judiciales desfavorables relacionadas con el clima reducen el valor de las empresas en el mercado de valores en un promedio de -0.41%.
Estos datos reflejan la creciente presión legal sobre las empresas a nivel global para reducir su impacto en el calentamiento global. Los activistas están utilizando el litigio como una herramienta efectiva en la lucha contra el cambio climático, presionando a las corporaciones para que adopten prácticas más sostenibles. Desde 2015, se han presentado demandas en más de dos tercios de los países, incluyendo nuevos demandantes como Panamá y Portugal en 2023, elevando a 55 el número total de países involucrados en litigios climáticos.