El Gobierno belga, liderado por el ministro de Economía y Trabajo, Pierre-Yves Dermagne, ha lanzado una propuesta innovadora: una jornada laboral de cuatro días a la semana sin reducción de salario. Esta medida, que busca "trabajar menos para trabajar mejor", representa un cambio significativo en la estructura laboral tradicional. La iniciativa no implica una simple "compresión" de la jornada laboral, sino una verdadera reducción del tiempo de trabajo, manteniendo el mismo salario.
Un total de 286 empresas y asociaciones ya se han inscrito para participar en un seminario online organizado por la Oficina Federal de Planificación de Bélgica. Este proyecto piloto, que también cuenta con el apoyo de profesores de la Universidad de Gante, tiene como objetivo analizar los beneficios y desafíos de esta reducción colectiva del tiempo de trabajo en diferentes sectores. El Gobierno belga busca ofrecer "la mayor libertad posible" a las empresas para adaptar esta medida a las especificidades de su actividad y organización.
Este enfoque flexible y adaptativo del Gobierno belga refleja su convicción de que la reducción de la jornada laboral es una de las soluciones a los problemas actuales del mercado laboral. La expectativa es que esta experiencia a gran escala proporcione aprendizajes valiosos y ofrezca mejores condiciones para los trabajadores, especialmente en profesiones más arduas.