En un llamado enfático, la Comisión Europea exhortó a los 27 países de la Unión Europea (UE) a incrementar significativamente sus presupuestos destinados a defensa y a activar compras conjuntas de equipo militar esencial. Esta medida pretende reforzar la capacidad de la región para hacer frente a amenazas de seguridad en un entorno internacional caracterizado por tensiones políticas y económicas.
El planteamiento forma parte del nuevo Libro Blanco sobre defensa, que será presentado la próxima semana y debatido el jueves y viernes en el próximo Consejo Europeo. La propuesta establece como prioridad la construcción de una autonomía estratégica para Europa, con énfasis en adquisiciones a partir de las industrias del bloque comunitario. Bruselas subraya que esta acción es fundamental para reducir la dependencia de Estados Unidos y desarrollar capacidades propias mediante iniciativas conjuntas dentro de la región.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, había delineado anteriormente un plan de rearme que estima una inversión total de hasta 800.000 millones de euros. Sin embargo, se prevé que la mayor parte de estos recursos provendrán directamente de los presupuestos nacionales de los Estados miembros. Además, el nuevo documento insiste en que las compras conjuntas serán clave para obtener economías de escala, controlar la inflación en los precios de suministros y acelerar los tiempos de entrega.
Bruselas ha identificado siete áreas prioritarias para construir una defensa europea sólida y cohesiva. Estas son:
1. Defensa aérea y antimisiles.
2. Sistemas de artillería moderna y misiles de largo alcance.
3. Reservas estratégicas de municiones y misiles.
4. Drones y sistemas antidrone, incluyendo capacidades terrestres, de superficie y submarinas.
5. Redes para mejorar la movilidad militar, abarcando corredores terrestres, aeropuertos y puertos en toda Europa.
6. Tecnologías avanzadas como inteligencia artificial, tecnologías cuánticas, ciberguerra y guerra electrónica.
7. Logística enfocada en apoyar combates y proteger infraestructuras críticas.
Actualmente, solo un 18% del material militar en la UE se adquiere de manera conjunta, una cifra que Bruselas busca elevar al 35%. Para ello, se exploran modelos como la formación de un país líder que encabece los proyectos mientras otros se adhieren, o compras coordinadas dentro del marco establecido por la OTAN.
La propuesta también incluye la creación de reservas estratégicas de materias primas y componentes, así como la implementación de centros industriales especializados en defensa. Se remarca, además, la importancia de priorizar las adquisiciones a empresas europeas. En casos excepcionales, podrían recurrir a proveedores de países con "ideas afines", siempre que no comprometan la independencia estratégica de la UE.
La Comisión enfatiza la necesidad de un enfoque conjunto y estructurado para garantizar una protección eficiente ante posibles amenazas, con el añadido de fortalecer la industria de defensa europea y asegurar un desarrollo económico y tecnológico uniforme en el bloque. De cara a los países miembro, se subraya la urgencia de hacer frente a los desafíos de seguridad global desde una posición coordinada y robusta.
Solo el 18% del material militar adquirido en la Unión Europea proviene de compras conjuntas, a pesar de los beneficios económicos y estratégicos promovidos por esta forma de adquisición.